Ayer Lalín amaneció con tormenta, que dejaría paso a media hora de lluvia y, durante el resto del día, temperaturas por encima de los 26 grados. Un día típico de primavera, con vaivenes térmicos y que colocó al interior pontevedrés en alerta amarilla toda la tarde, con posibilidad de más tormentas y episodios de granizo. En cualquier caso, el mes que ayer terminó dio al traste con el famoso refrán de "hasta el 40 de mayo, no te quites el sayo". Si vemos los datos de Meteogalicia, en la estación del casco urbano de Lalín las temperaturas máximas se movieron entre los 16 grados del día 15 y los 33,7 grados del pasado jueves, día 28.

Tanto la estación lalinense como la de Camanzo, en Vila de Cruces, registraron durante mayo temperaturas máximas por encima de los 30 grados. En el caso de Camanzo, los termómetros llegaron a los 32,8 en la jornada del miércoles, día 27. Pero ¿a qué se debe esta ola de calor más típica de finales de julio y, sobre todo, habitual en tierras ourensanas pero no en las de Deza? Pues a la corriente en chorro (el 'jetstream'), que sopla en los niveles superiores de la atmósfera desde el sur al norte porque en el primero el aire es más caliente y ligero, y termina torciéndose de oeste a este por la rotación del planeta. Y de paso que se mueve al norte, también provoca que llueva menos días.

De hecho, en mayo se recogieron en Lalín 94,2 litros/metro cuadrado (l/m2) de precipitaciones. Son el triple de los 32,6 del año pasado, sí, pero es que llovió de forma intensa solo en cuatro jornadas del mes. Es otra característica del jetstream y del cambio climático: trombas de agua o gota fría en un margen escaso de tiempo. Los aguaceros dejaron menos precipitaciones en otras estaciones como Camanzo (60 l/m2), Forcarei (80,3) y la de Serra do Faro, en Rodeiro (77,4). Esas lluvias cayeron sobre todo en las jornadas del 1, con hasta 37,5 l/m2 en Forcarei; el 12 con 20,4 milímetros en Rodeiro; el 13, con 25,5 milímetros en Lalín, y el 28, con 20,5 milímetros en Camanzo.

Citamos estos días por su impacto inmediato en el caudal de los ríos. Un caudal mide, en m3 por segundo, la cantidad de agua que pasa por un determinado tramo. Por eso en la jornada del día 1, los aguaceros provocaron que el Deza llegase a un caudal máximo de 54,2 m3/s. En todo el mes, su caudal máximo fue de 39,1 m3/s., y anteayer estaba en los 9,8. Tanto en ese primero de mayo como en el día 13 se consiguieron, en el Deza, los niveles máximos de agua: 2,7 metros, mientras que en la media de todo el mes da un tope de 2,4.

Los datos del Arnego-Ulla en Agolada no impresionan tanto, pero también muestran los efectos de las trombas de agua: el 8 de mayo el caudal se puso en los 18,3 m3/s, bastante por encima de los 10,9 que tiene de media todo el mes. Anteayer, por ejemplo, estaba en tan solo 4,2 m3/s. El nivel máximo de agua en todo el mes fue de 1,5, con un pico de 1,6 metros también el día 13.

Si antes hablábamos de la tormenta dominical en Lalín y Vila de Cruces, basta decir que Meteogalicia midió entre las 6.00 y las 8. horas de la mañana más de 40 rayos en la zona centro de la comunidad. En toda Galicia, se detectaron rayos, en total, en 15 días.