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El más difícil todavía del turismo activo

Las empresas del sector alertan de la inviabilidad de actividades al tener que usar desinfectantes en materiales de puenting o aplicar la distancia de seguridad en las balsas de rafting

El BOE del pasado día 9 permite también retomar actividades de turismo activo y de naturaleza, en grupos de hasta 10 personas, sin usar las zonas comunes de las instalaciones y, como en otros sectores, con geles hidroalcohólicos disponibles y garantizando la distancia de seguridad. Por el momento, comienzan a despegar las actividades de senderismo, pero no otras como barranquismo, puenting o rafting, pendientes todavía de que el protocolo de seguridad se adapte a las circunstancias de este tipo de turismo.

Desde la empresa Desafío Ocio, con sede en A Estrada, indican que los parámetros de higiene para frenar cualquier contagio pueden convertir en inviable prácticas como puenting, ya que desinfectar un arnés o una cuerda puede afectar seriamente a su resistencia. Tampoco tendría sentido poner en cuarentena una cuerda. Todo ello provocaría una subida de precios, de modo que si ahora mismo saltar desde el puente sobre el Miño en Arbo o desde el que enlaza Noia y Outes cuesta 30 euros, la tarifa puede dispararse hasta los 200. Algo similar ocurre con el rafting: si hasta ahora en cada balsa podía ir ocho personas, con las nuevas normas de distancia social quizá solo puedan subirse cuatro.

Ahora, además de seguir desinfectando el material en contacto directo con la piel, como los trajes de neopreno, también será necesario hacer lo mismo con otros útiles como cascos o palas, ya que el cliente solo lleva a estas actividades calzado propio y bañador.

Por el momento, no hay gran demanda ni en las actividades de Desafío Ocio ni en las batallas de airsoft que acoge el campo de Lalingrado, en Albarellos (Lalín). Su propietario, Juan Manuel Rodríguez, apunta que no hubo que cancelar actividades durante el estado de alarma, y que por el momento tampoco hay reservas a corto plazo. Durante las últimas jornadas, trabaja en la réplica de un vehículo blindado de reconocimiento de la II Guerra Mundial, el Sdkfz 232 de la Wehrmacht, la fuerza armada alemana. "Lo estoy haciendo desde cero", consiguiendo piezas de distintos vehículos, como el motor de un Mercedes V8. El ingenio, con seis metros de longitud y torreta giratoria, por el momento ya cuenta con una maqueta y un diseño en camisetas ya a la venta. Estará disponible para distintos eventos de recreación en todo el estado.

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