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La entrada de leche foránea para abastecer a la industria amenaza la estabilidad del sector

Cisternas procedentes de Alemania o Francia abastecen a las empresas con precios por debajo de los costes de producción -Unións reclama que se proteja la leche autóctona y le preocupa la caída del importe en ecológico

Manuel Hilario García, ayer, en su explotación de vacuno de carne de Merlín. // Bernabé/Javier Lalín

Ganaderos y agricultores han sido uno de los gremios que han podido mantener su actividad en pleno parón de la economía por el cese de temporal de los sectores considerados no esenciales y antes de la apertura a parte del resto de la industria. El confinamiento domiciliario incluso ha favorecido una mayor demanda de leche o yogures, con compras para los hogares extraordinarias, situación que ha contribuido a la dotar de mayor estabilidad al sector. Así lo indica el secretario general de Unións Agrarias, Roberto García.

Pero la perenne crisis que padecen los productores lácteos -los 0,34 euros por litro de media que cobran en Galicia los sitúan a la cola de España y Europa- se ve agravada ahora con la entrada de leche líquida a precios por debajo de coste de producción procedente de países de la UE como Francia o Alemania, que buscan compensar su caída del mercado mandando camiones-cisterna para la industria española. García señala que sí es un fenómeno ordinario la entrada de producto en polvo o queso, pero no de leche líquida para competir con los productores españoles, circunstancia que afecta claramente a los ganaderos de Deza y Tabeirós. Es más, el sindicalista asegura que la leche está entrando en la industria a precios de entre 0,14 y 0,17 euros el litro, cuando los costes de producción estimados se van por encima de los 0,37. "La industria pretende sustituir nuestra leche por la de fuera y además detectamos una cierta opacidad sobre el número de cisternas que están accediendo", dice. Por eso conmina a las administraciones públicas a establecer medidas con las que se puedan conocer la cantidad de producto foráneo que está llegando en los últimos tiempos. Además de denunciar lo que es, a todas luces, un claro ejemplo de dumping [la comercialización por debajo de los costes de producción] el responsable de Unións recuerda que la normativa vigente obliga a la industria a informar al consumidor de la procedencia de la leche y, en definitiva, a determinar la trazabilidad del producto. Por eso urge a la administración a actuar "legalmente contra las industrias que puedan tener la tentación de comprar por debajo de costes". Una vez que debido a la coyuntura actual derivada del confinamiento ejercer presión sindical es complicado -no son posibles bloqueos a la industria o a la entrada de las cisternas procedentes del extranjero- solo existen herramientas como hacer pública la identidad de las empresas que recogen el producto. También considera clave que Medio Rural informe periódicamente de los costes de producción.

"Podemos hablar de estabilidad porque el confinamiento favoreció el acabar con el stock de leche y también por una mayor compra de yogures, pero hay que tener en cuenta que también cae el mercado por el cierre de la hostelería y restauración", subraya. Lo que le resulta curioso a García es la caída de precios que está padeciendo la leche ecológica, con ganaderos con problemas de recogida ya a partir del 1 de mayo. "Puede ser que el consumidor busque un producto más barato o que sea una estrategia para rebajar el precio", dice, al tiempo que recuerda que se animó al sector a la producción de leche ecológica por ser un producto demás valor añadido si cabe y que por eso hubo ganaderos que realizaron un esfuerzo en adaptar sus explotaciones, gasto del que ahora no pueden prescindir para regresar al anterior modelo.

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