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Confinamiento en 40 metros cuadrados

Para algunos ciudadanos el encierro es todavía más crudo por las dimensiones de su hogar

Patrizia Suárez Torres, en su apartamento de 40 metros cuadrados.

Patricia Suárez Torres desconoce cuántos metros tiene el piso en el que vive en A Estrada. "No sé cuántos metros son, pero es pequeñito, por momentos resulta agobiante". En realidad el inmueble tiene 40 metros cuadrados pero nunca como ahora se le hizo tan reducido. Y es que es justamente en estos momentos cuando ha de pasar más horas entre estas paredes. Tiene una cocina americana -en la que el lugar en el que prepara la comida se abre el salón-,un pequeño baño y una habitación. Agradece vivir sola para que el confinamiento no se le haga todavía más estrecho.

"No tienes espacio para moverte. Se me hace muy pequeño. Estoy acostumbrada a hacer ejercicio y ahora, entre las pocas ganas que tenemos y un espacio tan reducido...", comenta. Patricia sabe lo que es gozar de las comodidades de una casa. Antes de alquilar este apartamento en el casco urbano de A Estrada residía en Oca, una vivienda que ahora ocupan sus padres y su hermana, a los que no ve desde hace un mes. Trabajadora del servicio municipal de Emerxencias, tuvo en su mano la posibilidad de pasar estos difíciles días con su familia, disfrutando de las muchas ventajas que tiene una casa en el rural para pasar las largas jornadas de confinamiento. Sin embargo, explica que los tres son población de riesgo y prefirió evitarles cualquier posible contagio.

Esta estradense sabe lo que es estar confinada en 40 metros cuadrados. Aunque trabaja en la primera línea contra esta pandemia y, por tanto, sale de casa, le tocó estar casi tres semanas encerrada en su apartamento, aislada porque presentó síntomas tras haber viajado a Madrid a finales de febrero. Pese a esta medida de prevención, dio negativo en el test del Covid-19.

"Ahora agradezco ir al trabajo porque hablas con la gente", confiesa. Aunque por su ejercicio profesional le toca afrontar esta crisis sanitaria muy de cerca, reconoce que trabajan "completamente equipados". "Corres más riesgo yendo al supermercado", explica. Es por ello que limita el tiempo que pasa fuera de este pequeño piso a sus horas de trabajo, comprando todo lo que consume de forma online, cada semana o semana y media.

"Lo peor es estar sola", apunta Patricia. "Me considero bastante toxo", bromea, para luego añadir, "pero no tanto". Confiesa que echa mucho de menos a la familia y a los amigos. "Al final te levantas y los llamas, pero no es lo mismo". "Es bastante agobiante", incide.

Las opciones que le ofrece su piso para el confinamiento son reducidas. Del salón-cocina a la habitación. No es, precisamente, un gran paseo con el que, al menos estirar las piernas en este encierro. Eso sí, alquilar una vivienda de dimensiones tan reducidas abre los ojos de cara a opciones futuras. Confiesa que si en algún momento encuentra una casita para alquilar, lo tiene claro. Confinamiento en 40 metros cuadrados, con uno le basta.

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