Este lalinense junto a su esposa dirige el grupo Dilema formado por una decena de personas. Esta será su quinta temporada.

-¿Cómo están sufriendo esta situación?

-Nos supone un impacto económico bestial porque además de la anulación de los eventos ya contratados estamos sufriendo la pérdida de contratación de nuevos porque marzo y abril son meses de mucha contratación de cara al verano y ya tenemos cancelaciones de mayo.

-¿Tenían ya preparada esta nueva temporada?

-Teníamos la plantilla conformada y nosotros hasta mediados de abril no salíamos a trabajar porque solo hacemos la temporada de verano, de abril a octubre. Nos quedaba ultimar la programación de luces y de equipos de sonido, que se hacen con ensayos generales con el escenario montado como si estuviésemos en verbena y esto también nos provocará un retraso de cara el inicio de temporada, porque ya llevamos mínimo un mes y considero que será más porque se ampliará el estado de alarma. Y creo que un handicap que tenemos las orquestas, que trabajamos en eventos de mucha gente, es que pienso que nos impedirán reanudar la actividad mucho más tarde por ser aglomeraciones de gente y aunque el gobierno permita a una empresa realizar la actividad normal, para nosotros será más tarde.

-Ante esto, ¿cómo ve el futuro?

-Creo que será un futuro crítico. Una orquesta en cuanto a material algunos lo tenemos en propiedad o estamos pagando una financiación, como por ejemplo por el escenario, y lógicamente esos gastos son fijos que no tienen nada que ver con el día de trabajo por eso se mantendrán mientras los ingresos decrecen. Si se puede hacer la temporada con normalidad a partir de junio, calculo un 35% de ingresos que perderemos. Y otras que tengan el material alquilado el coste también es fijo y no hace falta ser economista para saber el impacto que tendrá en las formaciones. Muchos tenemos unas cuentas con unos beneficios mínimos en los últimos años y el próximo todo hace indicar que no habrá beneficios, más bien pérdidas, y esto afectará a la desaparición de formaciones. Y las ayudas que ofrece el gobierno para mí no son una dosis de oxígeno sino ralentización de la muerte laboral de muchas empresas, no solo de las orquestas.