A finales de marzo arranca el programa de compostaje doméstico en cuatro parroquias de Silleda. Así, el día 25 los técnicos se reunirán con los vecinos de Carboeiro y Breixa, y el 26 lo harán con los de Ansemil-Martixe. En estos encuentros, los participantes recibirán ya los composteros y un manual de buenas prácticas, además de un documento en el que se comprometen a llevar adelante esta experiencia para la reducción y valorización de residuos.
Este programa de compostaje doméstico parte de la Concellería de Medio ambiente, que coordina Klaus Brey, y acaba de recibir una ayuda de 13.280 euros por parte del Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (Pemar), del Ministerio para la Transición Ecológica. Esos casi 13.300 euros son el 80% de la inversión total, 20.086 euros. Silleda fue uno de los 11 municipios gallegos que obtuvo esta ayuda estatal.
Brey explica que con este proyecto "buscamos mejorar la reducción de la fracción orgánica mediante la implantación de un proyecto piloto de gestión en distintas zonas del rural". El gobierno local se decantó por las parroquias mencionadas debido a la dedicación agrícola y ganadera de sus habitantes. La experiencia, como apunta el alcalde, Manuel Cuíña, servirá de referente para otras parroquias que en un futuro quieran adherirse al programa. Éste incluye la formación de los participantes así como sesiones en centros educativos, talleres prácticos y la elaboración de un Manual de Boas Prácticas de Compostaxe Doméstica no Concello de Silleda. Con él, Silleda contribuye a la información y sensibilización sobre el compostaje que en su momento realizaron el Plan revitaliza, de la Diputación, o el reparto de composteros individuales que hizo Sogama en 2015. Además, sus CEIP cuentan también con composteros.
A los restos orgánicos que aporten los vecinos para hacer compost se suma la materia seca triturada que entregue el propio Concello en determinados puntos para realizar las mezclas adecuadas. Los vecinos contarán con el asesoramiento de expertos de la empresa Foresin, dirigidos por Érika Martínez, especializada en gestión de desarrollo sostenible.
