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Cosmética vegana con poesía

La marca trasdezana Herbolario Bio aspira a que todos sus productos sean kilómetro cero

López posa con varios productos de su línea cosmética. // Bernabé/A.A.

Hay dos tendencias en auge en el consumo actual, sea cual sea el producto: las compras a través de internet y el veganismo. Fueron las dos guías que tuvo en cuenta Alberto López (expresidente del colectivo ECOS) para lanzarse a un nuevo proyecto, con el que diversificar sus dos negocios: una parafarmacia y una tienda de ropa.

Su experiencia le permitió ver cómo iba ganando espacio el producto ecológico en cosmética. Así que en septiembre lanzó la marca Herbolario Bio, y meses después comenzaron a salir los primeros productos. "La idea es crear una línea limpia, de modo que si normalmente los ingredientes ecológicos llegan al 15-16% del total del producto, en nuestro caso alcanzamos el 65%". El porcentaje en cuanto a ingredientes naturales, se dispara ya al 99 y 100%. Pero además de usar argán, rosa mosqueta o aloe vera, en esta cosmética ningún producto está testado en animales ni procede de animales. Así que no se utiliza ni cera ni propóleo. "No tiene sentido estropear panales de miel para hacer cremas para los codos cuando hay plantas alternativas", esgrime.

A la compra por internet y el veganismo se suma la concienciación por la huella de carbono que dejan los productos. En este caso, Herbolario Bio se nutre de todos los ingredientes solo en territorio nacional: desde las plantas hasta los laboratorios y el embalaje, reciclable. Pero la idea es que, en un futuro, estos productos sean de kilómetro cero. ¿Qué significa esto? Que toda la materia prima necesaria para elaborar las cremas, los geles y champús hayan hecho un recorrido inferior a los 100 kilómetros. Visto esto, es evidente que también sería necesario contar con puntos de venta físico. Ahora mismo, el grueso de clientes de Herbolario Bio está en Cataluña y Madrid. La comunidad catalana cuenta desde hace 27 ediciones con la feria BioCultura, y de ahí la concienciación de sus ciudadanos. Pero Alberto López trabaja ahora en un "contrato de distribución selectivo", dado el interés de varios puntos de venta en Galicia. Eso sí, los descuentos a aplicar no pueden subir del 10%, ni tampoco se aspira a vender en grandes perfumerías, porque no se aspira a captar clientes guiados por los descuentos, sino aquellos que consultan el INCI, la nomenclatura internacional de los ingredientes cosméticos. Es decir, los que buscan productos libres de sulfatos, sustancias tóxicas y no testados en animales.

El guisante, antiedad

Y ya puestos a leer, también es cierto que los nombres de los productos de Herbolario Bio invitan a memorizarlos. Su crema facial antiedad Luscofusco recibió el año pasado un premio Orgànics Clean Awards, y desde esa distinción las ventas se dispararon un 900%. Lleva crema de guisante en su composición y ahora mismo la producción cubre toda la demanda, igual que Fervenza, la crema hidratante que está agotada desde hace tres semanas. Pero hay también metáfora, más que poesía, en el contorno de ojos y labios Bico&Bágoa. A esta línea de cosméticos faciales se une en breve una línea corporal con el champú Morriña de Tromentelo (es una planta presente en las coplas y recolectada para lavar el cabello), el gel Morriña de arroiar y Aloumiño, una crema corporal de jojoba y aguacate. López busca inspiración para bautizar una nueva antiedad con ácido hialurónico ecológico y colágeno, que saldrá a finales de año.

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