Las regresión demográfica es un fenómeno más que preocupante en las comarcas desde hace tiempo y cada año que se difunden los datos oficiales se comprueba como la gráfica poblacional cae en picado, con exepciones de municipios como Lalín, mientras que en los más pequeños la tendencia es cada vez más llamativa. Esta situación debe atribuirse, sobre todo, a que la totalidad de los territorios de Deza y Tabeirós-Montes presentan un saldo vegetativo negativo y solo las inmigraciones salvan a los padrones municipales de un descalabro más acusado.
A este fenómeno hay que añadir otro: el envejecimiento de la población, que se traduce en un excesivo porcentaje de personas en edad de jubilación frente a los activos que, con sus rentas, contribuyen al sostenimiento del sistema público. El Instituto Galego de Estatística (IGE) divulgó días atras un estudio relativo a las cifras poblacionales de referencia del pasado año, de las que se deduce que tres de cada diez vecinos de la zona rebasa los 65 años y, en consecuencia, podría estar jubilado. Son exactamente 21.647 los ciudadanos que están por encima de esta franja de edad, lo que supone que rebasen con creces a los censos de las dos cabeceras de comarca: Lalín y A Estrada,que siguen con serios problemas para mantenerse a medio plazo dentro de los concellos gallegos de primera categoría. La población suscetible de estar jubilada representa hasta el 40% del censo en localidades como Dozón y Agolada y hasta el 43% en Forcarei. En el resto de los concellos suponen en torno a tres de cada diez vecinos. Cerdedo-Cotobade, Lalín y Silleda son los casos donde la población está menos envejecida. En la cabecera comarcal dezana hay 5.578 personas de más de 65 años -el 26,4% del padrón municipal-, mientras que Cerdedo-Cotobade suma 1.601 (26,2) y los 2.145 silledenses por encima de esta franja de edad representan casi el 27 por ciento del censo. En A Estrada el informe estadístico computa exactamente 5.716 personas, que equivalen al 28% del total de residentes.
En el desglose por segmentos quinquenales de edad hay que reseñar que se contabilizan cerca de cinco millares de ciudadanos que están por encima de los 85 años de edad, de los que en concreto 666 tienen 95 o más años. Dentro de este tramo constan 158 personas en Lalín y 119 en A Estrada. Los vecinos más lonjevos son 56 en Silleda, 64 en Vila de Cruces, 49 en Rodeiro, 59 en Agolada y 31 en Dozón. Otros 65 corresponden a Forcarei, los mismos que en Cerdedo-Cotobade.
Frente a este índice de envejecimiento elevado en las comarcas, hay que poner de manifiesto que solo hay 15.693 jóvenes. En este dato se incluyen los nacidos en el pasado ejercicio, es decir, los que entran dentro del tramo comprendido entre los cero y los 30 años de edad. Son, en números absolutos, el 21,5% del censo poblacional de las comarcas. En Lalín se contabilizan 4.909 (el 23,3% del total de vecinos), en Silleda hay 2.127 (23,6), en Vila de Cruces son 1.075 (19,4) y 563 en Rodeiro (17,4). En el término municipal agoladés constan exactamente 414 habitantes de entre cero y 30 años (15%) y los 179 de Dozón suponen solo el 14,6% de todos sus habitantes. A Estrada muestra unos registros bastante semejantes a los de Lalín y las 4.799 personas incluidas dentro de este segmento de edades comprende el 23,5 por ciento de todo el censo del municipio. En Forcarei hay 559 y 1.068 en el caso del concello fusionado. Los porcentajes en estos dos últimos casos sobre el total del padrón municipal son el 15,1 y el 17,5%, respectivamente.