Los dezanos han comenzado a sentir en sus bolsillos la cuesta de enero en las primeras horas del presente año porque la conexión por autopista con la capital de Galicia es más cara que al cierre del anterior ejercicio. Como ya se había avanzado, la concesionaria de la AP-53 preveía disponer de la autorización del Ministerio de Fomento para incrementar sus ya prohibitivas tarifas en torno a un 0,8% y esta medida se ha materializado en buena parte de los tramos, que han sufrido un alza de 5 céntimos. Este nuevo sablazo de Autopista Central Gallega (Acega) a los usuarios supone que un viaje de ida y vuelta entre Lalín y Santiago cueste, a un turismo, más de 12 euros por el alza de 5 céntimos en cada desplazamiento. Subida idéntica se aplica a las conexiones entre la capital gallega y las localidades de Silleda y A Bandeira.
Curiosamente, la autopista es más cara en los trayectos más largos y por tanto los más utilizados y los precios se congelan en las conexiones cortas. Pero las nuevas tarifas tienen una especial incidencia en el transporte de mercancías, pues a excepción del tramo Ribadulla-A Bandeira, aumentan también en 5 céntimos en todos los demás casos para los vehículos de mayor tonelaje. Sirva como ejemplo que un camionero que realice un viaje de ida y vuelta entre la capital dezana y la gallega deberá desembolsar la respetable cuantía de 24,2 euros.
Este récord histórico de precios se produce después de un año en el que desde el ministerio se haya permitido a la concesionaria que mantenga el firme de la autopista en unas condiciones pésimas y circular los días lluviosos por esta vía de alta capacidad resulte peligroso por la cantidad de agua que se acumula en el carril derecho y que obliga a los conductores a desplazarse por el reservado a los adelantamientos, infringiendo así las normas de tráfico. Pero además 2019 fue un año en el que se destaparon varios fraudes de la empresa. El primero se produjo hace ahora casi 12 meses, cuando se comprobó que Acega cobraba a los usuarios 3,60 euros por este tramo entre Lalín y Silleda, cuando su tarifa vigente era de 2,45 euros. Fomento conminó entonces a la empresa a corregir estas deficiencias y reintegrar a los usuarios el dinero cobrado a mayores y Acega achacó este episodio a un error en los dispositivos de lecturas de las matrículas.
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A principios del mes pasado, FARO destapaba otro episodio de cobros ilegales. En este caso la concesionaria repercutía, por un solo viaje, en dos o en hasta tres ocasiones el precio de las tarifas a los conductores que utilizaban el telepeaje -el conocido popularmente como OBE- para el abono de los desplazamientos. Desde su puesta en marcha, el precio de la AP-53 se ha disparado en más de un 70%.
Kamikaze en Dozón
Por otro lado, a las 9.46 horas de ayer una conductora alertó de que un kamikaze circulaba por la AG-53 a su paso por Dozón. El conductor podría haberse colado en la salida de Piñor y en vez de tomar el sentido Ourense lo hizo hacia Santiago, topándose de frente con los que viajaban hacia la capital de As Burgas. Desde el subsector de Tráfico de Ourense se indicó que un varón de avanzada edad fue identificado y propuesto para ser sometido a un psicoctécnico que determinarse su capacitación para conducir; es decir, este episodio podría atribuirse a un despiste.
