La transición del otoño al invierno de este año quedará grabada en la retina de muchos dezanos como una de las más virulentas de las últimas décadas. Aunque la cadena de borrascas comenzó con Daniel, fueron Elsa y Fabien las que desde el miércoles por la tarde y hasta anteayer domingo pusieron en jaque a los servicios de emergencias. Solo el servicio de bomberos con sede en Silleda tuvo en esos cinco días nada menos que 80 actuaciones. Medio centenar de ellas se concentraron en las jornadas del sábado y del domingo. Es más, durante el fin de semana esta dotación, que normalmente cuenta con tres efectivos, quedó reforzada con cinco bomberos más.

Uno de los representantes de la plantilla, Santiago Castro, explica que buena parte de estas actuaciones se centraron en la retirada de árboles en vías tanto principales como secundarias. Ayer mismo, tuvieron que desplazarse por la mañana a retirar uno caído en la pista que comunica Soutolongo y Midón, en Lalín. Las intensas trombas de agua y las rachas de viento motivaron la caída de árboles centenarios, como un roble en la carretera que comunica Silleda y Merza y para cuya retirada fueron necesarias cinco horas de trabajo y la ayuda de una pala de la Diputación, indica Castro.

Tanto bomberos como los distintos servicios de GES y Protección Civil de los municipios de las comarcas continuaban ayer con estas labores, una vez pasada la tempestad. En el caso de Vila de Cruces, dado que uno de los dos voluntarios de Protección Civil está de vacaciones, se optó por desviar todas las intervenciones a la brigada de Vías e Obras. Los trabajos fueron, también, de retirada de árboles y restos de desprendimientos en pistas de las parroquias.

Baja el cauce del Ulla

Sin salir de Vila de Cruces, la parroquia de Gres estuvo desde el jueves en el punto de mira en vista del riesgo de anegamiento después de que el pantano de Portodemouros tuviese que usar el aliviadero, por encontrarse casi al límite de su capacidad. En 2014 y hace casi 20 años hubo que tomar la misma medida, debido a las intensas lluvias. El pantano tuvo que vertir tanto el jueves como el sábado, y durante el fin de semana sus efectos fueron tremendos tanto en Gres como al otro lado del Ulla, en Ponte Ledesma. En la Casa da Capilla hubo que achicar agua del sótano, y en la otra ribera el agua no solo cubrió el campo de la fiesta (ya anegado desde el pasado lunes), sino también parte de la viña de una vivienda. Ayer, los vecinos con las casas más próximas al cauce confirmaban que éste ya había descendido. Aprovecharon, además, para hacer hincapié en la escasa información por parte del Concello de Cruces sobre la apertura del aliviadero de la presa. El Concello, al igual que el Servicio de Emerxencias de A Estrada, usó su perfil en la red social de Facebook, el pasado miércoles, para informar de dicho vertido. Las críticas también se extienden al Concello de Boqueixón, puesto que el alcalde y los efectivos de Protección Civil se personaron en la zona anteayer domingo, mientras los vecinos tuvieron que apañárselas como pudieron en los días previos para mover muebles de las plantas bajas y cambiar animales de las cuadras más próximas al río. Por el momento, el mobiliario y el ganado siguen en sus ubicaciones temporales, a la espera de que el Ulla no vuelva a dar un susto y recupere su calma habitual. Por el momento, está triunfando como destino de los amantes del turismo de catástrofes, ya que las Insuas de Gres siguen bajo el agua.

En el concello vecino de Silleda, a la caída de árboles se suman los desprendimientos de chapas de la cubierta de las pistas de pádel en O Castro, el derribo de la carpa del campo de petanca en A Bandeira o el anegamiento del sótano de la Escola de Música Municipal de Silleda. Los aguaceros tampoco tuvieron piedad con la red de carreteras. Uno de los puntos más conflictivos fue la vía del lugar de Toxa, en Silleda, en la que los operarios municipales trabajaron ayer durante toda la mañana para instalar una nueva tubería que impida las escorrentías. El alcalde, Manuel Cuíña, explica que "se realizó un gran esfuerzo con esta actuación, dado que los tubos estaban atascados y la gran cantidad de agua que cayó estaba dañando seriamente el vial". Hay, también, baches abiertos en algunas vías urbanas y en varios puntos de la red de carreteras provincial y autonómica, como en la recta de Os Chaos, en Oleiros. Por eso, a partir de este jueves el Concello elaborará un informe con todos los viales dañados para establecer un plan de reparación urgente y, como en Lalín, comunicará a las otras administraciones los daños causados en las vías de su titularidad, reclamando su arreglo inminente.

El alumbrado de Trasdeza

El gobierno trasdezano detectó también averías en el alumbrado público, en todo el término municipal. Entre el jueves y el viernes quedaron solventadas más de 30 incidencias, algunas muy graves como el incendio en el cuadro de luz de O Foxo por culpa de la tormenta del miércoles. Así, hay averías en Pazos, varios puntos de Cortegada, Abades, Vilar, Saídres, Cira, Manduas, Siador, O Foxo, Lamela y varias calles de Silleda. Cuíña agradece la paciencia de los vecinos y confía en que cuanto antes pueda quedar restablecido el suministro público.

En cuanto al suministro eléctrico en viviendas y empresas, Naturgy confirmaba ayer que el servicio quedó restablecido en toda la provincia de Pontevedra durante la madrugada. El domingo se calculaba que unos 6.000 clientes de las comarcas de Deza y Tabeirós se vieron afectados por la interrupción del servicio, sobre todo a lo largo del fin de semana. A escala gallega, Naturgy llegó a movilizar a nada menos que 600 personas en trabajos de campo para reponer el servicio, echando mano de camiones e incluso de helicópteros para que las brigadas pudiesen acceder a los lugares más complicados.