Vila de Cruces celebró ayer la vigésima edición de su Feira do Galo de Nadal en una mañana en la que la lluvia dio una tregua y contribuyó a que el público llenase la carpa instalada en la plaza del consistorio.

Mientras la música de Os Dezas de Moneixas amenizaba la celebración, los puestos de los productores integrados en la cooperativa Crugalo comenzaban a comercializar las aves sacrificadas a precios que oscilaron entre los 11 y los 15 euros el kilo, en función si el ejemplar era de raza rubia o de Mos. Las cotizaciones de uno de los reyes de la gastronomía de las fiestas navideñas se mantiene desde hace años y buena parte de la producción de gallos sacrificados ya se había despachado en las últimas semanas.

Una decena de restaurantes participaron en la degustación con la que el Concello agasajó a los visitantes, quienes pudieron probar distintas recetas de establecimientos del municipio, de Lalín, Silleda o Pontevedra, con el gallo como ingrediente irrenunciable. El municipio portugués de Serro Ventoso también estuvo presente, con un stand. Su alcalde, Carlos Cordeiro, reivindicó la necesidad de apostar por el rural para que estos territorios no languidezcan.

El anfitrión garantizó medidas desde el gobierno para "fortalecer" los eventos ligados al gallo. Luis Taboada estuvo acompañado por miembros de su ejecutivo y de los alcaldes de Lalín (José Crespo), Rodeiro (Luis López) y del agoladés Luis Calvo. También estuvo el exalcalde y edil del PP Jesús Otero. El delegado territorial de Medio Rural, Antonio Crespo, citó la oportunidad que representa la cría del gallo como complemento para las economías domésticas y animó a los criadores a impulsar más si cabe la producción, recordando las líneas de ayudas habilitadas por la Xunta.