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Unións acerca posturas con los tecores de Rodeiro y Taboada

Inician una ronda de reuniones, a las que acude Dozón, para lograr un acuerdo por la petición de 49.000 euros por daños de jabalí

Rodeiro caza siete jabalíes en una jornada | La jornada de caza del pasado sábado fue un éxito para la cuadrilla jabalinera de Rodeiro y para la de zorro, que esta última salió al monte con sus perros. Entre las dos capturaron siete jabalíes en los montes de las parroquias de Riobó y de Carboentes.

Miembros del sindicato Unións Agrarias, así como directivos de los tecores de Rodeiro, Taboada y Dozón, mantuvieron ayer en Camba una reunión que tendrá continuidad hoy y que fue convocada por la organización agraria. La intención es llegar a un consenso tras la polémica desatada por la reclamación de 40.000 euros al tecor de Rodeiro y otros 7.000 al de Taboada por los destrozos que causó el jabalí durante 2018 en varios campos de maíz. Las denuncias fueron presentadas por más de una decena de ganaderos y remitidas a las dos sociedades cinegéticas por burofax. Dozón respalda la decisión inicial de tecores afectados de no abonar esos daños, dado que teme que, si acceden a pagar esas cuantías, se produzca un efecto llamada.

Mientras los tecores recalcan que solo son responsables de los daños de jabalí durante las jornadas cinegéticas y en las 12 horas posteriores, el sindicato mantiene que, mientras no mude la ley actual, el tecor sí es responsable de todos los destrozos que se produzcan en los terrenos que gestiona. También es cierto que Unións promueve una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), respaldada por 6.500 firmas, en la que propone que sea la Xunta, y no las sociedades cinegéticas, quien asuma el control y damnificación de los daños de jabalí en cultivos o accidentes de tráfico. Esta propuesta también exige un control poblacional en cada tecor, coordinado desde la administración.

Los daños, como decíamos, se refieren a 2018, un ejercicio en el que la Xunta no convocó ayudas para paliar las pérdidas por incursiones de fauna salvaje. Unas subvenciones que, de todas formas, no cubren el valor real de esos destrozos. De hecho, en otros puntos de la comarca dezana varios ganaderos que han visto cómo año tras año el jabalí reducía al mínimo sus recolecciones de maíz han optado, directamente, por no sembrarlo, con lo que aumenta de forma notable su gasto en piensos. Los daños de este animal van también a más en los prados de silo, hasta el punto de arruinar la cosecha al quedar mezclados con la hierba restos de tierra.

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