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Barra libre contra el jabalí

El principal escollo para los cazadores es la falta de personal para acciones entre semana

En Rodeiro las batidas no superan los 17 miembros, cuando lo máximo son 30 -Las sociedades insisten en la necesidad de mejorar los seguros de responsabilidad civil de cada deportista, por si hay incidentes en esperas El Juzgado Número 1 de Lalín admite una demanda para que se reconozca su derecho

Destrozos del jabalí en una finca de maíz en Rodeiro. // Bernabé/Javier Lalín

Tras la reunión que mantuvieron con Belén do Campo anteayer para aclarar el paquete de medidas excepcionales para el control del jabalí, los responsables de los cinco tecores dezanos que acudieron al encuentro muestran opiniones dispares. Eso sí, todos tienen dudas sobre hasta qué punto podrá materializarse la posibilidad de realizar acciones de caza todos los días (con algunas excepciones para las zonas libres) hasta el 29 de febrero. La falta de disponibilidad de cazadores entre semana es el principal escollo para atender las solicitudes que se tramiten para batidas y esperas. "Para mí es una medida política más que otra cosa, porque no tenemos disponibilidad laboral", explica el presidente de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín, Julio Mariño.

Basta con ver las cifras: en las batidas pueden participar cuadrillas de al menos 8 miembros y hasta 30. En las tres cuadrillas actuales de jabalí de Silleda hay 26 plazas libres en total, y en Rodeiro, como mucho, acuden entre 15 y 17 cazadores a cada convocatoria, como explica el presidente del colectivo, Rubén Quintá.

Buena parte de los cazadores puede acudir a las batidas solo durante el fin de semana. Y aquí habrá otro problema, porque cuando comience la caza menor (el 20 de este mes), está prohibido que esta disciplina y la caza mayor compartan la misma mancha de terreno. En el caso de Lalín, hasta ahora hay batidas los sábados, y en las seis realizadas en esta temporada se abatieron 55 animales. Mariño recalca que, con estos datos, está claro que son bastante más efectivas que las esperas individuales, una cuestión en la que coincide con Quintá.

Las esperas eran otra de las cuestiones que despertaron dudas en los tecores. Una vez aclarado que las sociedades cinegéticas serán responsables de los daños por accidente de tráfico solo en acciones colectivas de caza (el día que se celebren y en las 12 horas siguientes), Mariño teme que si hay un juicio por accidente tras una espera, el juez determine que el tecor también es responsable y que, en último caso, las compañías de seguros vuelvan a subir la póliza. La de Lalín está ya en los 7.000 euros anuales, tras subir 2.000 por el aumento de siniestros de tráfico causados por el jabalí. Aquí Mariño coincide con el presidente de la Sociedade de Caza de Dozón, José Rodríguez: cada cazador debe tener un seguro de responsabilidad civil con una cobertura de 600.000 euros, para asegurar pagos en caso de un accidente de tráfico mortal. Hoy en día, hay seguros que solo cubren 200.000. Quintá también muestra sus temores sobre este asunto, "porque somos los directivos del tecor quien autorizamos esa espera, así que de algún modo también asumimos riesgos si hay percances".

En Rodeiro funciona solo una cuadrilla, pero habría cabida para otra, dada la extensión del tecor. Eso sí, los cazadores detectan menos ejemplares de jabalí que el año pasado, una circunstancia que también se da en Dozón. José Rodríguez culpa a la "alarma social que crean los sindicatos agrarios" sobre los destrozos, y que hacen pensar en una proliferación del animal casi imposible de controlar. Tanto varios ganaderos como incluso cazadores aconsejaron en varias ocasiones mudar la ley para poder abatir lechones, porque es la única forma de que las piaras cambien su ubicación. Medio Ambiente obvia esta propuesta y en las medidas excepcionales que entrarán en vigor la próxima semana solo se permite disparar, con cupo libre, a machos y hembras adultos y subadultos. Esto, en cualquier caso, "no va a suponer la extinción del jabalí", indica el presidente del Tecor Farelo, David García.

El plan piloto de Unións

Con esta declaración de emergencia cinegética, Medio Ambiente da el carpetazo definitivo al plan piloto que presentó en marzo el sindicato Unións Agrarias. El proyecto, que incluía un censo de población y tendría como escenario Deza, usaría medidas como agilización de trámites en las batidas y acciones no cruentas para alejar a los animales de los campos de cultivo.

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