Llegan todas las mañanas al autobús con una sonrisa de oreja a oreja, la misma que adorna sus caras cuando regresan. En la mochila, todo lo necesario para disfrutar del verano: toalla, chanclas y bañador, haciendo un hueco para el protector solar y un tentempié de media mañana. Es este un equipaje que no pesa, sobre todo cuando se carga a hombros con la convicción de quien sabe que está totalmente preparado para disfrutar de los amigos y de esos días de sol que nunca se olvidan.

El Campus Deportivo de Verán de A Estrada puso ayer el broche para el turno de julio, el más numeroso. Más de 230 niños de entre 5 y 15 años vistieron la camiseta de un programa que los ha mantenido muy ocupados durante todo el mes, descubriendo o perfeccionando múltiples propuestas deportivas y gozando de la convivencia. Aunque inicialmente estaba previsto que la actividad se celebrarse en la playa fluvial del Liñares, la lluvia aconsejó buscar un plan B. Las instalaciones del pabellón Coto Ferreiro y el multiusos sirvieron de marco para la foto de esta numerosa familia de campistas.

A ellos se sumó el alcalde, José López Campos, que se desplazó hasta la Zona Deportiva para preguntar a muchos de estos niños por su experiencia en el Campus. El regidor fue recibido por algunos pequeños con aplausos, mostrando muchos su predisposición a interactuar con el mandatario. En la imagen que cierra este primer turno también estuvo presente el representante de Helvetia -firma, junto a la Panadería A Fogaza, colaboradora de esta actividad- Alejandro García Ríos.

El turno de agosto para este campamento no llegará hasta el jueves. Es menos numeroso pero traerá las mismas ganas. Unos 90 niños darán el relevo a los que el miércoles completan su estancia en este apreciado Campus.

Por su parte, el campamento del Recreo Cultural de A Estrada también inició ayer las actividades para despedir el turno del julio. Desde primera hora de la tarde los campistas disfrutaron de los torneos de natación en las piscinas de esta sociedad. Ya a media tarde llegó el momento de reponer fuerzas. Y para ello, en una jornada de verano en la que el calor fue más que soportable, nada mejor que una taza de chocolate y churros recién hechos. En las terrazas del Recreo Cultural se sirvió este goloso tentempié. Hoy continúa la actividad del campamento y también las propuestas ideadas para despedir a los campistas de julio. A última hora de la tarde arrancará el festival, que acostumbra a reunir música, baile y múltiples juegos. Llegará después el momento que muchos de estos niños llevan esperando: la acampada nocturna. La mochila volverá a ser ligera y con mucho espacio para hacer hueco a grandes dosis de emoción.