La música marcó la jornada dominical en el municipio de Vila de Cruces. El lugar de A Madanela, en Carbia, celebró su XXXII Festa Campestre y las Ínsuas de Gres fueron el escenario del XXIII Festival Internacional de Bandas de Música. Dos citas muy consolidadas y que congregan a cada año a un nutrido público. Además, el buen tiempo acompañó lo que hizo que fueran más los que se animaran.

A Madanela ya empezó anteayer con la celebración, marcada por el aspecto gastronómico. Los asistentes disfrutaron de una gran sardinada en la que tampoco faltaron los mejillones y los chorizos. Después, la música de la velada estuvo marcada por el grupo Amanecer. Y los lugareños, amanecieron también ayer con ganas de más fiesta, para celebrar su festejo campestre, que cada edición reúne a familiares y amigos. La celebración, a 650 metros de altura, comenzó con el pasacalles a cargo de dos formaciones tradicionales del municipio: Vai Nela, de Salgueiros, y Brincadeira, de Carbia. Tras la una del mediodía, al lugar se fue acercando gran cantidad de gente para asistir a a la misa solemne, en honor a María Magdalena, que estuvo cantada por el coro de Loxo y que tuvo lugar en el interior de la capilla del lugar. "Al haber megáfonos, la gente que no da accedido al interior, puede escuchar la misa igual desde fuera", indica el vecino y responsable de Protección Civil Andrés Lareu, que cuenta que también hubo procesión a lo largo del campo y alrededor del crucero, que está situado a unos 60 metros de la ermita.

Tras la comida, continuó el baile amenizado por Vai Nela y Brincadeira y se sumó el trío Azabache. Los más pequeños de la casa pudieron disfrutar de colchonetas.

Mientras, el emblemático paraje de las Ínsuas de Gres se volvió a llenarse ayer de melodías con el Festival Internacional de Música das Illas de Gres. Pasaron por el escenario la banda de la Escuela de Música Ulla, Deza Brass Band y la Unión Musical Ponteledesma, que contó con el privilegio de poder entonar notas con los solistas internacionales de bombardino Steven Mead y Misa Mead. Esta celebración ya tiene su puesto reservado entre los festivales de renombre de la comarca.

El origen

Cabe recordar que corría el año 1997 cuando la banda Unión Musical Ponteledesma materializó una idea que tenía en mente desde hacía tiempo. Era la celebración de un festival cuyo objetivo principal debía ser promover el intercambio con las principales bandas de música de la comunidad gallega. Algo que se cumplió con creces a lo largo de todos estos años. Fue con la conmemoración del aniversario de la formación cuando se estableció como fecha el último domingo del mes de julio. Una data que para muchos ya queda marcada en el calendario de año a año, ya que con solo ver la gran cantidad y calidad de bandas que hay en Deza, demuestra también la cantidad de seguidores que tienen estas agrupaciones, en las que se reúnen las distintas edades y talentos. Ahora habrá que esperar al próximo año para continuar sumando.