Aunque superó las seis horas de duración y los 20 puntos en el orden del día, el primer pleno ordinario de Lalín también incluyó anuncios sorpresa. El nuevo equipo de gobierno adelantó inversiones y, también es cierto, dejó sin aclarar otras que le sirvieron como argumento para frenar las mociones de la oposición. Una de las actuaciones que adelantó el alcalde, José Crespo, fue su intención de destinar más de 100.000 euros del Plan Concellos, en septiembre, a recuperar el Museo Galego da Marioneta, ya prácticamente desmantelado del Pazo de Liñares, donde se ubicaba desde finales de 2014. Crespo añadió que Viravolta "no tiene problema en donar, ceder o participar" siempre que haya un proyecto museístico que dé entidad jurídica al mismo u actividad permanente.

El regidor explicó esta propuesta durante el debate para suplementar el gasto de las actividades culturales que habrá entre agosto y diciembre, y que quedaron marcadas ya por el anterior gobierno. Los grupos del exejecutivo aplaudieron esta decisión, no sin tirar de ironía. El edil del BNG, Paco Vilariño, agradeció que se mantuviese el calendario "después de incluir en el patronato a James Sosa" y el anterior alcalde, Rafael Cuíña, mostró su tranquilidad al ver que la programación no incluía conciertos de charangas y orquestas de conocido renombre que suelen acudir a las fiestas de Botos, tan ligadas al edil de Festas, José Cuñarro.

Este suplemento de crédito salió adelante por unanimidad de los 20 ediles (faltaba la socialista María Jesús Sánchez), al igual que los 2.000 euros para suplementar los otros 18.000 que se otorgan al Rali do Cocido, amén de los 13.794 euros necesarios para limpiar la fachada del consistorio. Y es aquí donde el debate se hizo tan largo y repetitivo que hace pensar en que es más que necesario un reglamento que acorte los tiempos de intervención de los ediles, porque dio hasta para hablar de cómo se escogió el proyecto de Mansilla y Tuñón hasta por qué se visita la terraza superior del inmueble.

Crespo recordó que había un contrato de mantenimiento del edificio que expiró en 2015 y de cuya caducidad alertó la entonces interventora al cuatripartito, "y ustedes no hicieron nada", les espetó. El alcalde calcula que el mantenimiento de todo el inmueble puede rondar unos 10.000 euros al año y que, al obviar esta actuación, al final hubo que pagar 40.000 por un diagnóstico para ver qué hay que arreglar. Entre las deficiencias a reparar, están el aire acondicionado y la calefacción, pero también la limpieza de la fachada, que debería hacerse dos, o por lo menos, una vez al año. Los ediles aprobaron un gasto para esta actuación, de 13.794 euros, pero el regidor apunta que la propuesta de arreglo de las deficiencias va más allá, cerca de los 100.000. Quiere tener la fachada limpia antes del invierno, para eliminar verdín y manchas de los petriles que saltaron sobre los cristales. Desde Compromiso por Lalín, Teresa Varela argumentó que no fue posible prorrogar el contrato de mantenimiento, y reiteró que su gobierno sí hizo mantenimientos puntuales.

Y, siguiendo con infraestructuras, volvió a haber unanimidad para instar a la Xunta a que inicie los trámites para la ocupación urgente de los terrenos afectados por la ampliación del cementerio de A Romea. La edil de Urbanismo, Paz Pérez, recordó que ya había un acuerdo plenario en este sentido y, de paso, que el expediente ya tenía que estar en manos del gobierno autonómico el año pasado. A la ampliación se presentó un alegato, que hay que notificar. En 2015 el gobierno popular, cuando se produjo el relevo, había dejado 250.000 euros para dicha ocupación, que el propio Crespo reconoció que eran insuficientes. Esta obra permitirá disponer de 3.100 nuevos nichos.