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Un camino cuajado de riesgos a una parada escolar lejana

Una familia de Barbude pide desde 2012 otra alternativa a 1,7 kilómetros de la actual, alegando el desamparo de su hija en un tramo sin casas

Beni Borrajo y su hija Nuria, en el tramo que recorre a diario. // Bernabé /J.C.Asorey

Beni Borrajo no es mujer que se dé fácilmente por vencida. Y menos cuando cree que puede estar en juego la integridad física de su hija. Así lo atestiguan los siete años que ella y su familia llevan pidiendo con insistencia -aunque sin éxito- una nueva parada escolar de la línea de autobús Benito Abalo en el lugar de San Martiño de Barbude, en el que residen.

Sería la alternativa perfecta para que su hija, Nuria, no tenga que recorrer a diario durante todas y cada una de las jornadas lectivas del curso 2019-2020 los 1.700 metros que separan su domicilio de su parada actual, sita en el lugar de Trasmonte, a la altura del punto kilométrico 5 de la transitada y angosta carretera de Paradela, la PO-213.

La pidieron en reiteradas ocasiones desde 2012 pero se le deniega "por falta de kilómetros" desde su domicilio hasta la parada actual. La distancia es inferior a los 2 kilómetros que establece la ley. Pero esta vecina hace notar que hay "causas excepcionales que también contempla la ley" y que permitirían" crearla.

Así, en el escrito que ha remitido al IES Plurilingüe Antón Losada Diéguez en el que su hija cursará cuarto de la ESO el próximo curso para que medie ante Eduación, Beni expone que a menudo ni los padres ni los vecinos pueden llevar a la joven a la parada "por motivos laborales" y que el trayecto que debe completar la adolescente discurre "por carreteras de titularidad municipal" que "carecen" de " arcén transitable en condiciones de seguridad como de aceras". De ahí que lo recorra "a pie por la calzada". Su madre teme que sufra un atropello.

Añade que camina entre terrenos agrícolas -de los que 350 metros están en estado de abandono- y a través de un trozo de monte de otros 300 metros. Agrega que el trecho carece de alumbrado público e indica que al "peligro real que representa que una niña de esta edad camine sola por dichos terrenos" cabe añadirle "el peligro real de los ataques de lobos" que acreditan la hemeroteca y testimonios vecinales e incluso el caso personal que vivió esta familia cuando "hace apenas dos años", un "lobo mató a varios perros" del lugar de San Martiño, entre ellos al suyo.

Al peligro que ya suponen los vehículos y la "fauna salvaje o doméstica" -como perros que puedan estar sueltos en el tramo- le suma Beni la "visibilidad" invernal a primera hora de la mañana. "Es nula", afirma, por la falta de alumbrado público. Ello acrecienta para la niña la "situación de absoluto desamparo a la hora que pueda ser abordada con malas intenciones por algún malhechor o que en caso de caída se quedara sin movilidad, ya que no hay vecinos que la puedan socorrer en caso de que ella pidiera ayuda" en el tramo en el que no hay casas cercanas.

A ello le suma la familia las inclemencias meteorológicas: lluvia, fuerte viento, heladas y tormentas. Lamenta que su hija tenga que "soportar la situación de mojaduras durante las horas de clase puesto que en ltrayecto tan largo es difícil no mojarse en un día de temporal". También incide en la existencia de árboles de gran tamaño a los lados y hasta en las cunetas, que suponen un riesgo para la niña si se desploman como ocurrió en el temporal de hace dos años o en febrero de este cuando la "marquesina de Infantil y Primaria impedía la circulación de vehículos por este vial al ser arrancada por el temporal".

Por todo ello, Beni Borrajo pide que estudien de nuevo su caso y que, al fin, escuchen su súplica.

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