Los grupos de la oposición de Lalín escenificaron en el pleno de ayer lo que podría ser la foto fija del presente mandato: Compromiso, PSOE y BNG van a marcar de cerca al ejecutivo presidido por José Crespo. El alcalde tuvo ayer la complicada función de rebatir las embestidas de los diez ediles de la oposición en una sesión en la que se aprobarían las asignaciones económicas que percibirán los miembros del ejecutivo popular.

Teresa Varela (Compromiso), Román Santalla (PSOE) y Francisco Vilariño (BNG) abrieron un fuego permanente contra Crespo, no tanto por el número de dedicaciones exclusivas, pero sí por unas cuantías que consideran desorbitadas. Curiosamente el único sueldo que no se cuestionó fue el del propio mandatario, al que ayer le tocó la difícil tarea de intentar aplacar las encendidas críticas de una oposición que, en el instante de la votación de los emolumentos de Crespo, de otros tres de sus concejales, y de los cuatro contratados como personal de confianza abandonaron un pleno que ya entraba en su recta final tras comenzar al mediodía y prolongase hasta cerca de las cuatro de la tarde.

El mandatario optó por la serenidad y agarrarse al argumentario de que esta inversión que realizan los ciudadanos con su dinero público, este gobierno la devolverá con creces a base de gestión. Así, aseguró que al final del mandato el pueblo podrá decidir con su voto si los desproporcionados sueldos aprobados ayer en solitario por el PP merecieron la pena. "Ya goberné con cinco dedicaciones exclusivas y dos asesores y no perdí las elecciones por eso", dijo. La defensa que el mandatario hizo de esta distribución de sueldos no convenció a la oposición que, además, acusó al primer edil de utilizar el dinero público con fines partidistas para pagar favores a afines a los suyos.

Vilariño fue el encargado de abrir las intervenciones de la oposición. Tras insistir en que la gestión pública debe estar bien remunerada, dijo que este gobierno costará a los ciudadanos, como mínimo, el doble que el cuatripartito que Crespo dijo que siempre sería más caro que un ejecutivo monocolor. Afeó a los populares por defender, su partido, que el salario mínimo de 900 euros en España sea muy elevado y luego otorgarse dedicaciones como las de Begoña Blanco o César Reboredo de 3.000 euros al mes o que los populares criticasen los 46.200 euros brutos al año del anterior teniente de alcalde y ahora Paz Pérez vaya a recibir una cantidad idéntica. Más duro fue todavía con los 27.200 del edil de Obras no Rural José Cuñarro por tratarse de una dedicación parcial. "Es difícil de digerir esto y, por encima, lo dejan como su fuese un inútil, metiéndole dos asesores", dijo, en alusión a dos exediles que cobrarán 34.800 y 28.000 euros brutos anuales. Luego Crespo precisó que Antonio Rodríguez estará adscrito a Obras y José Iglesias a Medio Rural. "Lo que tanto costó, enseguida lo van a dilapidar", espetó. Y, tras una afirmación del alcalde, negó que las fuerzas del cuatripartito se planteasen cinco dedicaciones y cuatro asesores como los que tendrá este gobierno y que, sumando emolumentos y Seguridad Social, va a suponer que en el mandato el ejecutivo popular suponga un gasto de 1,7 millones de euros.

"Tiene al pueblo conmocionado y a algunos votantes del PP estupefactos viendo como llegan y reparten sueldos para todo Dios", espetó Santalla en su estreno como concejal. El socialista acusó a Crespo de mentir por no haber especificado en su programa electoral "que iba a hacer este dispendio de fondos públicos; si fuese así, no lo votarían", añadió. Pidió al alcalde que rectificase y ante la insistencia de Crespo, subrayando que demostraría que su ejecutivo sería rentable por su dedicación plena a la gestión municipal, manifestó: "comparado con ustedes, el anterior gobierno era una oenegé", al tiempo que apeló a la vocación de servicio público de la política. Crespo Iglesias dijo que críticas encendidas y acusaciones de utilización del dinero público con fines partidarios son algunos de los motivos para el desencanto social a la clase política.

El exalcalde Rafael Cuíña delegó la portavocía de su grupo en Teresa Varela, quien pidió al mandatario local que reflexionase acerca de las retribuciones de su gobierno. "Abra la ventana del concello y mire los sueldos que hay en la calle", sugirió, al tiempo que, como habían hecho otros compañeros, dijo que solo el coste de alcalde y ediles sube un 37% respecto al anterior mandato y el personal de confianza se dispara en cerca de un 250%. Y cifró en 1,8 millones el coste para las arcas públicas al final del mandato de este gobierno, incluyendo nóminas y Seguridad Social. "No se puede utilizar la política para pagar favores", subrayó, y acusó a Crespo de dar sueldos a exediles que ni siquiera iban ahora en su candidatura.

El regidor recriminó a Varela que incluyese los costes de Seguridad Social cuando ni siquiera se deberían manejar los sueldos brutos sino las cuantías líquidas, como en el lenguaje común para cualquier ciudadano. "¡Cómo duele perder las elecciones!", espetó a Santalla, a quien le dijo que había renunciado a todo para ser alcalde y le salió bien, recodando al socialista que mantuvo de sus cargos en el sindicato o en la cooperativa que preside. "No engañé a los vecinos, nunca les dije que no fuésemos a cobrar", dijo, y volvió a recordar que hace cuatro años dejó claro que no volvería cometer el error de pasar un mandato con solo una dedicación además de la suya, al asumir Paz Pérez y cargo del Gobierno Central y prescindir de su sueldo. "Dicen que la mandó para Pontevedra para que no le hiciese sombra", exclamó Santalla, a lo que Crespo replicó en tono sarcástico: "Cuando quiero que alguien no me haga sombra lo hago conselleiro". "Al final del mandato vamos a mostrar lo que cobramos nosotros y lo que conseguimos para Lalín y lo que costaba el cuartipartito y lo que gestionó", zanjó el regidor a Vilariño, a quien pidió que no cuestionase la capacidad de algunos de sus ediles o que en su vida privada no pudiesen ganar sueldos de esta dimensión.

Si la oposición puso el grito en el cielo por el coste que tendrá el gobierno de Crespo Iglesias, sus ataques respecto a la organización del Padroado Cultural se movieron en parámetros muy semejantes. Compromiso, PSOE y BNG volvieron a echar en cara al alcalde que repartiese puestos en este organismo para, también, pagar favores políticos a personas, en casos, muy críticas con el cuatripartito o que directamente concurrieron en la candidatura popular. Francisco Vilariño subrayó que con las dietas que se perciben por asistencia a esta organismo autónomo, hay concejales que se sacarán un importante sobresueldo. Más duro fue, tanto Vilariño como Santalla y Varela, con la designación de James Sosa y de Pedro Vilariño como miembros anejos a la administración local. "Si estos son los referentes culturales de Lalín, hay que echarse a temblar", dijo el nacionalista. Santalla, por su parte, que había tildado los sueldos de los concejales de nóminas "de altos directivos", incidió en la utilización del patronato como "agencia de colocación" de afines. Y enfatizó en que el modelo del anterior gobierno nadie cobraba por formar parte de la comisión ejecutiva o general.

El alcalde defendió la valía profesional de todos los miembros del Padroado, también del recuperado exedil Manuel Gómez Estévez por su experiencia. Otra cosa será poder contar con los profesores de trompa y trompeta, al no haber una Relación de Puestos de Trabajo (RPT) en este ente. Avanzó que su intención pasa por finiquitar cuanto antes este organismo para sustituirlo por una agencia municipal de deportes, cultura y turismo, con Blanco, Pérez y Reboredo como coordinadores. Echó en cara al anterior gobierno su nulo interés por dotar de contenido al Padroado Cultural y con un modelo donde no existían dietas, había sesiones en las que, de 12 miembros, solo estaban el exalcalde y la exedil de Cultura junto con otro miembro de libre designación. Avanzó que de inmediato dará órdenes para la redacción de los estatutos de esta agencia, que podría entrar en funcionamiento el próximo año. Santalla pidió que esta entidad fuese coordinada por personas del ámbito de la cultura.

En el pleno salió adelante un cambio en el reparto de la representación en las comisiones informativas, de modo que el PP tendrá siete miembros, tres Compromiso, dos el PSOE y uno el BNG. Teresa Varela, en el debate sobre la participación de ediles del gobierno en organizaciones en las que participa el Concello dijo que Avelino Souto no debería ser el miembro en el GRD porque su explotación familiar había recibido ayudas de este ente. Crespo lo sustituirá por Raquel Lorenzo, pero afeó a la portavoz de Compromiso este gesto y dijo que su concejal figuraba como suplente.

Mancomunidad

El anuncio de Crespo de pedir una modificación en los estatutos de la Mancomunidade Terras de Deza sentó mal a la oposición, quien le advirtió que esta maniobra llegaba ahora ante una posible pérdida de la mayoría del PP en el ente supramunicipal, pero que si antes se daban por buenos los dictámenes del secretario sobre el reparto de representantes, ahora había que hacer lo propio. Sobre la organización de los grupos municipales en el Concello, el secretario advirtió al BNG que con un solo concejal debe enmarcarse en el grupo mixto. Es decir, que Vilariño, técnicamente, no podrá formar un grupo propio.