La polémica por el traslado de parte de Industrias Guerra a Silleda por las dificultades de su ampliación en Cruces ha abierto la caja de los truenos en Vila de Cruces. El PSOE, ahora integrado en un gobierno de coalición con Xuntos polo Noso Concello, culpa al anterior gobierno popular de no haber desarrollado ningún metro público de suelo industrial durante los 29 años de Jesús Otero como alcalde. Los socialistas puntualizan que en O Camballón hay 32.500 metros cuadrados, cedidos por los propietarios al Concello para que los recalificase como suelo industrial y ejecutase los viales y el equipamiento. Estos terrenos debían ser devueltos a sus dueños en 2002, y el propio Jesús Otero recuerda que en esa urbanización la administración invirtió más de 600.000 euros. Los populares apuntan que no son 32.500 m2 útiles, sino 14.000 si se restan las vías y parcelas edificadas. Añaden que originalmente era una finca rústica que compró una cooperativa de empresarios y que la cedieron para que "con dinero público" se urbanizase y se acondicionasen las parcelas. Tras esta actuación, cada propietario recibió su parcela "con la calificación de terreno industrial y sin repercutirle ningún tipo de coste" por estos trabajos, "gracias a la gestión que hizo el gobierno municipal ante los distintos organismos públicos que financiaron las actuaciones".

Los 32.500 m2 forman parte de una bolsa de suelo de 199.800 m3 que el Plan de Urbanismo de 1993 contemplaba como Suelo Apto para Urbanización Industrial (SAU2) "que nunca llegaron a desarrollarse", critica el PSOE, pese a que este partido y el Bloque presentaron en 2008 una moción instando a que se materializasen. La moción se aprobó por unanimidad, pero no pasó de eso. En este punto, los populares esgrimen que en los polígonos de concellos vecinos la fórmula era que la Xunta compraba los terrenos, los urbanizaba y los vendía con un precio que cubría los gastos de compra, urbanización y gestión. "La misma fórmula se planeó en Vila de Cruces para todo el ámbito calificado", esos 199.800 metros, "pero fue rechaza en su día por el tejido empresarial de la zona al considerar que el precio resultante por metro cuadrado de parcela resultaba excesivo, por lo que planearon limitar su desarrollo al sector ahora urbanizado".

Pese a esta decisión, la calificación de suelo apto para urbanización industrial se mantuvo para el resto de la superficie, hasta cubrir los 199.800 m2, con el ánimo de que las empresas del entorno, "que también eran propietarios en ese ámbito", pudiesen desarrollar sus proyectos. Pero los cambios normativos de 2016 dispusieron que la zona pasaba a ser catalogada como rústica al no haber sido desarrollada para fines industriales, "una cuestión que solo podía ser efectuada a instancias de sus propietarios", recalca Otero.

El polígono de Aguillos tampoco se salva del cruce de acusaciones. El PP esgrime que ante la especulación en O Camballón (por algunas fincas sus propietarios llegaron a pedir 50.000 euros), buscó suelo público en la zona donde se asienta el matadero de gallos. La lectura que hace el PSOE es al revés: frente al "nulo" desarrollo en O Camballón, "tras la gran idea del matadero en 2009, se adquirieron 46.950 m2 y se recalificaron con un Plan Especial que en 2010 ya estaba rematado, tramitado y aprobado". Según el PSOE, una orden de la Alcaldía de julio de 2013 equipo redactor de este plan ceñía el desarrollo a los 13.000 m2 de la parcela de dicho matadero. El PP replica que sí hay más terreno del que ocupa el matadero (que está sin estrenar), y que al final de su mandato quedó en marcha un expediente para modificar las normas subsidiarias y disponer de suelo industrial en 22.000 m2 en 23 parcelas "y para empresarios que lo precisen". Ahora, esto "es responsabilidad del gobierno actual", y critica al PSOE por ser "servidor de intereses privados" en sus críticas a la gestión popular.