El salón de actos del IES Laxeiro de Lalín fue escenario ayer de una conferencia sobre prostitución y trata enmarcada dentro del Plan Proxecta de la Secretaría Xeral de Igualdade. La charla estuvo impartida por la psicóloga de la Asociación Faraxa, Alba Sousa González, para alumnos de entre cuarto de ESO y primero de Bachillerato.
-¿Cómo se enfoca una charla sobre una temática tan peliaguda a jóvenes en edad académica?
-Proyectamos el documental Miente de Isabel de Ocampo, que trata sobre este tema, y después analizamos a sus distintos actores. También abordamos la definición de trata sexual y su relación con el consumo de prostitución.
-¿Están suficientemente informados los jóvenes sobre el tema?
-De la trata sexual como concepto jurídico no están informados. Además, mantienen muchos de los mitos acercar de ambos asuntos que intentamos desmontar. Por ejemplo, que la trata sexual sólo es la que se produce con situaciones de violencia extrema no teniendo en cuenta que puede ser trata sexual también el engaño o abuso en la situación de vulnerabilidad. Son bastante tímidos pero lo que nos encontramos en los institutos también son mitos como que a ellas les gusta o que la prostitución es un mal necesario. Son mitos que tratamos de desmontar en Faraxa.
-¿Es posible acabar algún día con la prostitución y la trata?
-Es que la prostitución está normalizada. Lo que trato de explicar en estas charlas es que está tan normalizado el consumo de sexo de pago que no hay un cuestionamiento real de ese consumo. Hay una normalización de eso que nosotros vemos como una violencia sexual porque al final es acceder a cuerpos de mujeres que no te desean y esa normalización no permite definir un perfil de cliente.
-¿Son similares la prostitución masculina y femenina?
-Si hablamos de prostitución, hablamos de que las víctimas del sistema prostitucional son principalmente mujeres. Es cierto que hay hombres que se dedican a la prostitución pero también hay que destacar que la mayoría de consumidores de prostitución son varones. Hablamos de un 99,6 por ciento de casos. Se trata realmente de violencia de género porque lo que se mantiene es un privilegio masculino de acceder a cuerpos de mujeres que en realidad no lo desean, es el privilegio de acceso a tener sexo con una mujer quiera ella o no. Nosotras lo que buscamos es la abolición porque reivindicamos una sexualidad en igualdad porque el deseo siempre tiene que estar presente. Debe de haber consecuencias penales para los consumidores además de ser cuestionados.
