El escritor japonés Haruki Murakami hizo del deporte una filosofía de vida, hasta tal punto que asegura que mientras corre va dando forma a sus novelas. El eterno candidato al Nobel de Literatura asegura en alguna entrevista que la afición que descubrió en 1982 es tal que "corro, luego existo", emulando aquel "Pienso, luego existo", de Descartes.

Es cierto que el deporte engancha, y si a esa necesidad de actividad física se une una causa solidaria, la satisfacción es aún mayor. Así se explica que la primera carrera solidaria que organizó ayer el colectivo de voluntarios O Mencer rebasase con comodidad los 200 inscritos. Más de la mitad, en torno a 120, son personas adultas que entregan 5 euros cada una por participar en la iniciativa. El resto son niños que ayer entregaron en una urna el donativo que les parecía conveniente. La prueba para los más pequeños arrancó a las 20.30 horas, desde el cruce de Joaquín Loriga con Pintor Laxeiro hasta el kilómetro cero, con la estatua del cerdo como el mejor testigo para la llegada de los pequeños. En la categoría infantil, en la que hubo varias tandas de participantes, no se cronometró a los pequeños. Sí se hizo en la categoría de adultos, que arrancó a las 21.00 horas. Tuvieron que dar dos vueltas a un circuito urbano de tres kilómetros, bastante llevaderos gracias a que el calor que reinó durante todo el día fue cediendo a esas últimas horas de la tarde. Al término de la competición, hubo reparto de premios así como diversos sorteos entre los participantes.

Para esta primera experiencia en la que unieron fuerzas resistencia física y solidaridad, O Mencer contó con la colaboración del Concello de Lalín y del club Escola de Atletismo Deza. la artista local Sé Senande es la autora del cartel. Muchos están pensando en la segunda edición. Pena que Murakami viva tan lejos, porque seguro que vendría.