La propuesta ganadora para el acondicionamiento del la zona del antiguo colegio Manuel Rivero, impulsada por el Concello de Lalín, permitirá, como refleja la memoria de Donsión Proyectos, la reurbanización completa del entorno del ya demolido inmueble del viejo centro escolar en base a tres necesidades proyectuales: la construcción de un albergue de peregrinos con sala de usos múltiples, la urbanización integral de la calle y de la parcela libre donde estaba el colegio y su conexión con las anexas rúas Maruja Gutiérrez y Pintor Laxeiro. La administración local incluye esta acción entre las del plan europeo Lalín Ssuma 21 y con ellas se pretende poner en valor una superficie de más de 3.500 m2 y avanzar en un nuevo modelo de villa, a la vez que se recupera un espacio abandonado desde hace años.

El proyecto plantea la resolución de las exigencias entendiendo que todas estas intervenciones deben responderse de manera unitaria. Así, la planta baja del albergue, la que relaciona el interior de una edificación y el espacio público a la que sirve, se convierte en un elemento preferencial a la hora de entender esta edificación como una pieza capaz de articular el entorno urbano. Otro de los elementos singulares que se ponen sobre la mesa en esta primera aproximación será la sala de usos múltiples, por actuar como nexo directo entre el espacio más público y el espacio más privado. Este espacio central de uso polivalente se rompe para absorber los trazados de la propuesta, se mueve con respecto a vertical y genera un espacio a cubierto que, a modo de ponerte, actúa como un espacio de tránsito intermedio. Como uno de los elementos destacados, se proponen un nuevo espacio a la manera de auditorio al aire libre. Este permitirá, además, la conexión con la calle Pintor Laxeiro, con la construcción de una especie de graderío que ayudan a salvar el fuerte desnivel existente sin muros y garantizando una apertura a la calle completa. La imposibilidad de resolver la conexión entre Manuel Rivero y Maruja Gutiérrez garantizado la accesibilidad universal lleva a proyectar una nueva escalera, más amplia elaborada en dos tramos y que permitirá eliminar la sensación de caída. Establece la posibilidad de dejar prevista la preinstalación de un elevador de cara a garantizar accesibilidad universal. El resto del espacio se resolverá en hormigón con distintas texturas y acabados, aunque la mayor parte de la superficie estará ocupada por cubierta verde. El mobiliario incluye farolas, papeleras, bancos, bolardos, aparcamientos de bicicletas y 16 plazas de estacionamiento. La zona ajardinada tendrá una iluminación de perfil bajo con tiras de Led continuas que permitirán marcar sendas también percibidas durante la noche.

El albergue se plantea en dos partes diferenciadas tanto a nivel funcional como en su acabado exterior; una planta baja de contacto con el espacio público donde se situará la sala de usos múltiples, aseos y recepción y dos plantas altas que dedicarán a las exigencias funcionales del servicio. La planta baja se resuelve con muros de hormigón la planta alta se finalizará con un fachada ventilada con listones de madera. En su interior se estructurará centralizado en los elementos de comunicación vertical de manera que se eliminan pasillos. La distribución hacia los dormitorios será a través de un espacio diáfano que funciona como zona de relación y estancia mediante la colocación de pufs y elementos de asiento frente la cristalera.

En la planta de acceso, la posición de estos muros de ascensor posibilita la multiplicidad de uso de la sala de uso polivalente permitiendo relacionar esta sala con el albergue en torno a tres exigencias funcionales: satisfacer el uso compartido e integral por parte el espacio de alojamiento de la sala de usos múltiples, aislar esta sala del albergue garantizando la independencia de acceso exterior y, por último, separar la sala de usos múltiples junto con los aseos del resto del espacio de pernocta manteniendo la independencia de acceso.