La Praza da Igrexa de Lalín volvió a ser el lugar elegido por el colectivo Azos Feministas para convocar a la ciudadanía para clamar contra los crímenes contra mujeres. En esta ocasión la convocatoria se lanzaba después de un fin de semana negro, con tres mujeres asesinadas: una en Madrid, otra en Málaga y María José Aboy Guimarey en la localidad pontevedresa de Valga.

Los presentes, en torno a medio centenar, guardaron un minuto de silencio y también en este acto se dio lectura a un manifiesto en el que se puso de manifiesto que "los asesinatos machistas no son locura, son control de la vida de las mujeres, de sus deseos o de su tiempo". La Coordenadora Galega da Marcha Mundial das Mulleres denunció asimismo en este comunicado cuestiones que se repiten sin que se atisben esperanzas para acabar con esta lacra social como que no constaban denuncias previas o culpando a las mujeres que no presentaron denuncia o que nadie vio peligro alguno para la víctima. Por eso se pidió que el foco se pusiese en el violento, en el maltratador, en el asesino y no en las víctimas.