El cuatripartito ha querido, desde el comienzo del mandato, dejar su impronta en la Feira do Cocido, apostando por un modelo quizá más doméstico y con menos cámaras de televisión atraídas por, en casos, representantes de la vida social o política. Pero la filosofía de la fiesta en esencia, es semejante: que este plato ejerza como embajador de Lalín y sea un dinamizador de su economía.

Uno de los cambios fue aparcar la comida oficial, que costeaba el Concello con la cooperación de patrocinadores, para celebrar un ágape solidario en el que cada asistente paga su cubierto y los fondos van destinados a un colectivo social; en este caso para la asociación Carabelo. El aforo se redujo y la participación vecinal es escasa, pues prácticamente nadie quiere perderse un día de fiesta en casa acompañado de familiares y amigos. Entre los visitantes "foráneos" a esta comida destacó la presencia de una nutrida representación de cargos institucionales y orgánicos del PSOE y de Compromiso por Galicia, con sus dirigentes, Gonzalo Caballero y Juan Carlos Piñeiro, respectivamente.

La presidenta provincial, Carmela Silva, es ya una fija de este acto social, como también lo es el alcalde de Silleda, Manuel Cuíña o el diputado pontevedrés Santos Héctor. En esta ocasión se acercaron al Pazo de Bendoiro para comer un cocido en condiciones la primera edil de Cambados, Fátima Abal; el parlamentario autonómico Xaquín Fernández Leiceaga o el estatal Guillermo Meijón. También estuvo la subdelegada del Gobierno, Maica Larriba. Si en años anteriores la jefa de filas del BNG, Ana Pontón, también se sumó, ayer no pudo acudir. En una comida a tres meses de las elecciones municipales se habló de política en el aperitivo previo y, evidentemente, entre las bandejas de carne de cerdo o comiendo leche frita y filloas. El alcalde, en su intervención de agradecimiento a los presentes por colaborar con esta iniciativa solidaria, lanzó un mensaje a escasos metros de la mayor parte de sus compañeros de gobierno. "Estoy convencido de que el año que viene volveremos a vernos aquí y aportaremos fondos para otra asociación", manifestó, mientras el pregonero, Xabier Fortes, preparaba una queimada con algo menos de estilo del que tiene con su palabra o pluma. Luego el periodista pontevedrés se llevaría una serigrafía de un cuadro de la Feira do Cocido, obra de José María Barreiro y el Testiño ideado por Paco Lareo.

En un ambiente distendido y después de haberse metido entre pecho y espalda un cocido, Fortes no quiso dejar pasar por alto la presencia del expresidente del CD Lalín Nicolás González Aller -padre del teniente de alcalde socialista Nicolás González Casares y suegro del alcalde- ni de su amigo Miguel Domínguez, para recordar aquellos intensos derbis entre el club rojinegro y el Pontevedra CF, que en esa época presidía el médico pontevedrés. Recordó Fortes su alegría por una victoria, en Lalín, del club de sus amores, "por cero a tres, pero luego en Pontevedra nos ganaron por cero a cuatro", dijo Fortes. "Algún día se sabrá cómo hacían con esos partidos Nicolás y Miguel", bromeó Cuíña, que animó al pregonero a llevarse un cocido en túper para Madrid.

Fortes destacó la calidad humana de los lalinenses y su esfuerzo porque los forasteros se sientan como en casa. Reclamó un "reconocimiento" para el alcalde con el que comenzó el Cocido, Luis González Taboada, Licho y también para "Pepe Cuíña, que no fue justamente tratado", proclamó ante su hijo, y pidió un aplauso para el político que despedía sus actos con el Galicia, nai e señora del poeta cambadés Ramón Cabanillas.