Un nuevo ataque atribuido por vecinos y agentes facultativos medioambientales de la Xunta de Galicia al lobo dejó a primera hora de la mañana de ayer en el lugar de Oca de Arriba, en la parroquia estradense de Oca, nueve ovejas muertas, dos malheridas y dos corderos desaparecidos.

Solo el macho del rebaño y dos ovejas se salvaron de las feroces mordeduras, que llegaron a arrancarle trozos de carne a los animales, atacados en todos los casos en la yugular.

Según explicó el dueño del rebaño, José Gómez Fuentes, los hechos se produjeron a primera hora de la mañana. Él mismo había llevado el rebaño a la finca cerrada anexa a la rectoral de la iglesia de Oca -en una zona de prado sita al lado del cementerio- a las ocho de la mañana, antes de irse a trabajar. Apenas dos horas y media más tarde, unos familiares le llamaron para decirle que sus ovejas habían sido atacadas por el lobo. "Menos dos", explicó, refiriéndose al macho del rebajo y a otra oveja, "todas sufrieron mordeduras". De tal calibre eran estas, explicó, que nueve de las ovejas perecieron y otras dos se quedaron malheridas. Tanto es así que el propietario se temía que pudieran morirse en pocas horas o incluso alguna tuviese que ser sacrificada a causa de las terribles heridas sufridas. De hecho, explicó, a una de ellas que -como las demás- había sido mordida en la yugular, las fauces del lobo le alcanzaron también un ojo y le dejaron "la cara deshecha".

El dueño de los animales notificó lo sucedido al 012, que desplazó hasta el punto a dos agentes facultativos medioambientales que, tras realizar la inspección ocular y del perímetro (en un radio aproximado de 500 metros) corroboraron la versión vecinal que apuntaba a que en el ataque habrían participado dos o tres lobos. Las huellas que dejaron así lo certifican. Los agentes también cumplimentaron la documentación precisa para que el propietario tenga opción a cobrar la oportuna indemnización por daños del lobo.

No es la primera vez que ejemplares de lobo perpetran ataques en esta zona. José Gómez detalló que hace algo más de cuatro años también el rebaño que entonces tenía su padre sufrió otro ataque. Y, según pudo saber esta Redacción, previamente los rebaños de otros dos vecinos también habían sufrido ataques similares en la misma zona. Se contabilizan al menos cuatro ataques en los últimos siete años.