El concejal del BNG, Xosé Magariños, aprovechó la decisión del gobierno local de revisar el callejero estradense para ajustarse a la petición de la Dirección General de Memoria Histórica, para recordar que también existe simbología franquista en el ámbito rural que "conviene retirar".

El Bloque apuntó a la presencia de elementos de esta naturaleza en lavaderos, fuentes e iglesias. Magariños aplaudió que el ejecutivo esté dispuesto a retirar estos elementos en la villa pero incidió en que "el rural también existe". "La simbología fascista tiene que ser retirada de todas partes, por justicia con las víctimas de la represión franquista, por democracia y por que hay que cumplir la ley de Memoria Histórica", remarcó.

"Nuestro ayuntamiento no puede olvidar a los Mártires de A Estrada, no puede olvidar al alcalde y concejales fusilados en 1937, que pidieron desde lo patíbulo una calle que los recordara", dijo también Xosé Magariños. "En este sentido," añadió Magariños. Consideró que el gobierno debe hacer las revisiones y consultas que estime oportuno pero sin olvidarse de consensuarlo con las fuerzas políticas y sociales.