Un gran cartel en el escaparte llama la atención de quien camina por la avenida de América de A Estrada. Ocupa buena parte del cristal y, además de anunciar la total liquidación por jubilación, brinda al propietario de esta armería la oportunidad de aprovechar estas líneas para despedirse y hacer balance de lo que fueron 36 años subido a un carrusel que durante décadas fue un referente para los amantes de la caza y la pesca en el municipio estradense y su entorno.

Senén Campos Maceiras piensa jubilarse este año, previsiblemente en el mes de octubre. Mientras intenta dar salida a la mucha mercancía que todavía atesoran sus estanterías, este comerciante estradense decidió comenzar a desprenderse y despedirse de esta etapa de su vida, preparándose para salir de detrás del mostrador e iniciar un nuevo camino. Ante este nuevo capítulo, ha querido utilizar el escaparte de Carrusel Deportivo para recordar a buenos clientes y amigos, algunos de ellos citados y otros presentes en un recuerdo colectivo.

"Pido disculpas a los que por alguna circunstancia puntual bien no haya atendido, y perdono, más o menos, a todos aquellos que han abusado de mi confianza", recoge también este armero estradense, que a continuación añade: "que algunas deudas y demás asuntos de estos últimos me he comido". Es en esta parte del relato donde Senén Campos aprovecha para poner los puntos sobre las íes, haciendo velada o directa alusión a personas o entidades con las que tuvo sus más y sus menos durante esta dilatada trayectoria profesional, desde los "clientes indebidos" -"a los que no he podido vender porque me han sustraído", dice- hasta viajantes o profesionales de su mismo gremio. En esta particular despedida por jubilación, este comerciante local tiene también alabanzas para representantes, clientes, carteros o el actual equipo de Intervención de Armas.

Esta despedida encierra también agradecimientos a familia, amigos y vecinos de A Estrada, utilizando las últimas líneas para pedir perdón "a toda la fauna de monte, de mar y de río por comercializar un material para toda ella tan dañino, tan mortal y tan destructivo".

Senén Campos realiza, dentro y fuera de Carrusel Deportivo, un positivo balance de estos más de 36 años al frente de esta armería en A Estrada. Abrió sus puertas en marzo de 1983, a su regreso de Venezuela. Recuerda que, además de comprarse un coche nuevo con el dinero que había ahorrado durante esos años, apostó por aprovechar un nicho de negocio que en aquel momento estaba muy poco explotado en el municipio Recuerda hasta el año 2000 fueron tiempos alegres para el negocio, si bien después las ventas comenzaron a bajar.

Amplio surtido

Los comienzos exigieron invertir para poner a disposición de los clientes un amplio surtido. En los primeros años el comercio sumó diverso material deportivo, artículos que más tarde se trasladarían a un local próximo regentado por el hermano de este comerciante. Senén recuerda que la cámara acorazada de esta armería fue vanguardista en su época.

Campos Maceiras destaca que los tiempos han cambiado. Señala que los ríos están "muy contaminados" y los montes "muy quemados". Reconoce que durante estos años tuvo clientes muy fieles, algunos de ellos citados en el cartel que diseñó para despedirse del negocio. Recuerda este comerciante los atrancos que lo acompañaron durante estos años detrás del mostrador pero, aunque no los olvida, se queda con lo bueno.

"Todo llega a su fin", señala este amero estradense. En su carrusel muchos habrán comprado su primera caña, la escopeta que todavía conservan o aquellos juegos míticos del verano que podían conseguirse en el amplio surtido de este establecimiento. Senén programa bajarse en abril del carrusel, aunque no decantaría continuar girando algunos meses más si queda pendiente mucho material al que dar salida. Después, espera tener salud para dedicarse a caminar, a continuar asistiendo a la piscina o a reencontrarse con una bicicleta que ahora confiesa un tanto olvidada.