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José Daniel Edelstei Glaubach: "Cuando conocí a Stephen Hawking solo escribía una palabra por minuto"

"Einstein iba hasta el final con sus ideas y no frenaba hasta pegarse con una pared"

Edelstein, ayer, durante el Congreso Enciga de Lalín. // Bernabé/J. Lalín

El 31 Congreso Enciga continuó ayer con su programa establecido, en el que se incluyeron varias visitas guiadas a empresas y lugares emblemáticos de Lalín. Hoy será el turno de la jornada de clausura que finalizará con una conferencia de la matemática Elena Vázquez Cendón. Ayer, el encargado de bajar el telón a la segunda jornada fue el físico argentino José Edelstein Glaubach, que poco antes de su charla atendía a FARO DE VIGO.

-¿Por qué le ha puesto a su conferencia el curioso título de "El discreto oleaje del cosmos"?

-El nombre hace referencia a las ondas gravitacionales que fueron detectadas recientemente, en concreto el 14 de septiembre de 2015. De hecho, el premio Nobel de 2017 fue para las tres personas más relevantes de este proyecto, y es una predicción que hizo Albert Einstein en 1916. La conferencia pretende poner el acento en ese descubrimiento, y en la maravilla de poder detectar estas ondas que son tremendamente tenues, por eso lo del discreto oleaje del cosmos. En este caso se trata de olas espacio-tiempo, que es algo muy abstracto y muy raro, que son tan minúsculas que para darte una idea se trató de ver como oscilaban unos espejos a 4 kilómetros de distancia y la oscilación que se midió fue la de una milésima, el tamaño de un protón.

-¿Se puede decir que el bueno de Einstein fue un visionario?

-Él, a finales de 1915, escribió lo que hoy se llama la Teoría de la Relatividad General. Esta teoría tiene una ecuación que, para mí, es la obra cumbre de la historia del intelecto humano porque gobierna el Universo en todas sus escalas, desde el sistema solar y sus movimientos hasta la Vía Láctea y el cúmulo de galaxias. No se encontró ninguna observación que contradiga las ecuaciones de Einstein. Y él se preguntó si era posible encontrar una solución ondulatoria en sus ecuaciones porque era una persona muy hábil con los cálculos, en contra de lo que mucha gente cree. Efectivamente se dio cuenta de que sí y su teoría dice que todos los cuerpos viven en un escenario espacio-tiempo, que se curva por el peso de los cuerpos y esa curvatura es la que produce las órbitas, por ejemplo. La Tierra órbita alrededor del Sol no porque, como decía Newton, el Sol la atraiga, aunque también vale esa explicación. La correcta, que sabemos hoy sin margen de duda, es que la Tierra se mueve en línea recta por un surco que está preestablecido y que la obliga a moverse en elipse alrededor del Sol. Es como una ruta que ya está escrita donde no hay margen de maniobra. Einstein comprobó que esas ondas gravitacionales viajaban a la velocidad de la luz, cosa que se pudo comprobar también ahora, así que se puede decir que fue un visionario, aunque era una persona muy tenaz y en el fondo cabeza dura. Albert Einstein con sus ideas iba siempre hasta el final y no se frenaba hasta pegarse contra una pared, lo que le pasó muchas veces en su vida. Pero cuando se hartó, se hartó a lo grande.

-Conoció personalmente a Stephen Hawking, ¿qué impresión le dio en las distancias cortas?

-Hawking comparte con Einstein algo en lo que fueron prácticamente únicos y es que fueron dos grandes científicos que gozaron de la popularidad del mundo de la ciencia. Los científicos somos personas que por muy relevantes que seamos, que nos den el premio Nobel y tener el máximo prestigio en nuestra área, normalmente no nos conoce nadie fuera del mundo académico. Einstein y Hawking vivieron la celebridad y la exposición a la que te condena. Se convirtieron en personas públicas que de algún modo fueron forjando una imagen que a veces es la que ellos querían o no. En el caso de Hawkin se decía que era una persona con mucho sentido del humor, y doy fe de ello. Le gustaba mucho bromear, y donde veía una ocasión para hacerlo lo hacía sin dudarlo.

-¿Recuerda alguna anécdota en concreto que le hubiera sucedido con el científico de Oxford?

-Cuando vino a Galicia yo estuve un poco a cargo de su visita, y se prestó a muchísimas bromas. Por ejemplo, recuerdo que participó en el programa de televisión "Caiga quien caiga", donde le pidieron que si podía grabar una pequeña cosilla y lo hizo. También le dedicó un pequeño chascarrillo al por entonces alcalde de Santiago cuando lo recibió en el Obradoiro. Ahora, hay que recordar que con Hawking la comunicación era muy difícil. Yo lo conocí en la última etapa de su vida, solamente podía escribir una palabra por minuto y hacía muy difícil sentir si uno lo conocía bien o todo lo contrario.

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