"Queremos vivir sen medo". Así rezaba una de las pancartas que ayer portaban los asistentes a una manifestación realizada ante el consistorio estradense. Más de medio centenar de personas se dieron cita en un acto con el que la familia de María Fraiz, octogenaria agredida por cinco perros en Trabadela hace dos semanas, y todos los vecinos de la zona pedían medidas por parte de las autoridades competentes para poner punto y final a la situación de miedo e indefensión que están viviendo.

Desplegados los carteles el silencio se adueñó de la manifestación en sus compases iniciales hasta que un representante de la familia se dirigió a todos ellos para darles las gracias por su respuesta ante esta movilización vecinal. "Nos sentimos abandonados e indefensos pero hoy sabemos que, por lo menos, no estamos solos", afirmó Jesús Armenteros altavoz en mano. Desde la familia recordaron que, dos semanas después de que sus peores temores se hiciesen realidad con el ataque a María Fraiz, todavía siguen esperando medidas contra los 18 perros, algunos de ellos de raza peligrosa, que un vecino del lugar de Trabadela, en Ribela, tiene en su finca. "Dicen que la justicia está colapsada pero esta agresión se podía haber evitado", explicó el representante familiar en este acto público. Armenteros recordó que desde 2016 vienen denunciando el peligro de estos perros que andan a menudo sueltos por la aldea pero nadie ha tomado medidas.

"Las autoridades deben actuar de oficio. No pueden esperar a que se judicialice porque sino se va a retrasar mucho", explicó Armenteros. "La gente tiene miedo", sentenció al tiempo que recordó que ni turistas ni familiares quieren acudir a la zona por ese temor. "18 perros es para que alguien intervenga", añadió.

Cabe recordar que fuentes de la Guardia Civil confirmaron la pasada semana que las diligencias han sido remitidas al juzgado de Guardia. Se prevé que el juez las estudie estos días para determinar si procede tomar alguna medida al respecto. La propia Guardia Civil comunicó al dueño de los perros días antes su condición de investigado por un delito de lesiones por imprudencia, quedando los perros "a disposición de la autoridad judicial" competente si bien, mientras que esta no decida, estarán "depositados" en manos de su dueño y "bajo su responsabilidad". Esta decisión no ha sido bien vista por parte de los vecinos y familiares de María Fraiz, que denunciaron que los perros siguen andando sueltos por la aldea y sin ningún tipo de control. Desde la familia explicaron ayer que durante los últimos años han tenido problemas con los perros pero este incidente ha abierto además un problema con su dueño. "Hay mucha tensión ahora mismo", afirmó Armenteros.