Las cigüeñas ya no son solo patrimonio de las tierras castellanas o del sur de la Península Ibérica. En los últimos años han ido conquistando territorios cada vez más hacia el norte e incluso cambiando sus hábitos migratorios. De ahí que a finales del siglo pasado era una estampa del todo inhabitual ha pasado a formar parte del paisaje. Es creciente el número de parejas de cigüeña blanca ( Ciconia ciconia) que elige parajes dezanos para construir sus nidos. Pero tienen sus rincones favoritos y, sin duda, el valle de Escuadro se ha convertido en su pequeño paraíso.

Daniel González Alén ha localizado al menos ocho nidos de cigüeña en un radio de apenas un kilómetro cuadrado en este llano y rico territorio de Trasdeza atravesado por los ríos Toxa y Escuadro. Su concentración en los lugares de Soldecasa (Escuadro) y Corveira (Fiestras) "escapa de lo común", recoge el cronista lalinense. Las colonias, fijadas de otros años, están ya ocupadas por las correspondientes parejas de aves migratorias que cada temporada llegan más temprano de África o de latitudes ibéricas más meridionales, pues muchas optan por no cruzar el Estrecho de Gibraltar.

La primera pareja llegó a Soldecasa hace más de veinte años, según testimonios de lugareños. Pero las condiciones del entorno parecen ser especialmente confortables para la especie. Alén contabilizaba media docena de nidos en este lugar hace un par de años, y siguen in crescendo. Las estimaciones apuntan que puede haber alrededor de cincuenta en toda la comarca.