Felipe y Cayetano Gil Taboada, colegiales en Fonseca

El primero nació en Donsión en 1668 y su sobrino lo hizo en Barcia y ambos vistieron los hábitos del histórico centro compostelano

Edificio de la sede del antiguo colegio Fonseca.

Edificio de la sede del antiguo colegio Fonseca.

antonio vidal neira

La primera Constitución del Colegio Mayor de Fonseca, fue hecha por el Dr. Cuesta, encargado por el Consejo Real en calidad de Visitador, durante el reinado de Felipe II, en 1556, para dar cabal cumplimiento a las disposiciones testamentarias de Fonseca, regulaba la población escolar del colegio, diciendo que debía estar integrada por dieciocho colegiales, dos Capellanes y varios familiares. Añade la distribución y el orden que debía guardarse para la provisión de plazas, que debían agruparse de este modo: ocho para el Arzobispado de Santiago y tres para cada uno de los obispados de Lugo, Tui, Ourense y Mondoñedo; los colegiales elegidos tenían que ser, todos hombres hábiles y de buena vida y costumbres y limpios en el linaje y ninguno que tuviese raza de judío o de moro podía ser colegial, ni Capellán en dicho Colegio, tenían que ser así mismo sin nota de infamia y no debían tener ni haber tenido ningún mal contagioso.

El colegio era gobernado por un Rector y dos Consiliarios, elegidos anualmente por los propios colegiales. Estos tenían que ser naturales de Galicia, cristianos viejos y de vida virtuosa. Para recibir el habito hecho de tejido de buriel de Aragón (paño pardo rojizo), con beca de una cuarta (banda de tela que servía de distintivo), de color grana, precisaban, además, haber cursado tres años de Filosofía.

Felipe y Cayetano Gil Taboada, colegiales en Fonseca

Felipe y Cayetano Gil Taboada, colegiales en Fonseca

Entre los numerosos hombres ilustres que cumplían esta condición y que vistieron el hábito del colegio, figuran los dezanos Felipe Antonio Gil Taboada y su sobrino Cayetano Gil Taboada. Felipe Antonio Gil Taboada nació en Santa Eulalia de Donsión, el 1 de mayo de 1668. Según declararon los testigos en la información sobre el colegial era "recogido y de buenas costumbres, nada revoltoso, de modo que puede vivir en comunidad sin alterar la paz de ella".

En lo referente a su vida, declararon que era "de buenas y loables costumbres, muy honesto y de natural muy apacible, tal que de su compañía no se seguirá alboroto en cualquier comunidad donde asista y que nunca oyó decir hubiese tenido bubas, ni otra semejante enfermedad contagiosa, ni gafo, ni descendiente de tales, según es publica voz en toda aquella tierra. En su familia no había descendencia de moros, judíos, marranos, quemados, reconciliados o de otra secta reprobada, al contrario son cristianos viejos y sobre ellos no cae la más leve sospecha. Tampoco han tenido oficio vil, ni ha sido ninguno afrentado con bofetada, palo o palabra, que si fueran, supieran volver por su crédito por ser de mucha estimación y pundonor".

Felipe y Cayetano Gil Taboada, colegiales en Fonseca

Felipe y Cayetano Gil Taboada, colegiales en Fonseca

Ingresó en el colegio de Fonseca en 1687 y a los dos años fue Catedrático de Instituta y más tarde de Prima de Leyes. En 1700 ganó por oposición la canonjía de Penitenciario en Oviedo, de donde pasó a canónigo Doctoral de Toledo. Fue también Comisario General de Cruzada, Obispo de Osma, Arzobispo de Sevilla y Presidente del Consejo de Castilla.

Todas estas dignidades -escribe Pardiñas Villalobos- las obtuvo don Felipe Antonio "sin pretensión ni apoyo de empeños, antes ellas mismas le buscaron como dignísimo para regentarlas y así fue venerado y admirado de todos" pasando a la Historia como un dechado de integridad y desinterés.

Cayetano Gil Taboada, era natural de San Esteban de Barcia, en tierras de Lalín. Era hijo de Pedro Gil Taboada y Flavia Gil Gundín, de la ilustre casa de los Condes de Taboada. Fue colegial de San Jerónimo y en septiembre de 1708 ingresó en el Colegio de Fonseca, donde llegó a ejercer el cargo de Rector el año 1713, cuando solamente contaba veinticinco años de edad. En 1714 pasó al colegio de Santa Cruz de Valladolid. La vida pública de Gil Taboada empieza a tener relieve desde el año 1719 en que su tío que era obispo de Osma le nombra Visitador General del Obispado. Al año siguiente el Inquisidor General Diego de Astorga y Céspedes le nombra Fiscal de la Inquisición en Sevilla, en donde fue Provisor Racionero y Gobernador del Arzobispado, siendo Arzobispo su tío Felipe Antonio Gil Taboada.

El 23 de abril de 1729 fue destinado a Galicia por el Inquisidor General, con el cargo de Inquisidor General del Santo Tribunal de la Inquisición y Administrador del Grande y Real Hospital, fundado por los Reyes Católicos, cargo que era de la mayor importancia en aquellos tiempos. Siete años más tarde fue nombrado Obispo de Lugo y el 18 de noviembre de 1745 tomó posesión del Arzobispado de Santiago donde falleció el 12 de mayo de 1751. En su época además de reedificar el Palacio Arzobispal de Santiago, celebró un sínodo provincial y también hizo algunas obras en la Iglesia catedral.

El 3 de agosto de 1751, su familia encargó al P. Facundo Lozano, la predicación de una Oración fúnebre, en el Colegio de la Compañía de Jesús de Santiago, que fue impresa bajo el título de "El Iris de la Paz" por Buenaventura Aguayo, impresor de la Santa Iglesia en la Rúa Nova.

Esta Oración Fúnebre es interesantísima porque contiene una brillante y detallada biografía del Arzobispo Cayetano Gil y Taboada. Al tratar del Pontificado del Señor Taboada en Lugo manifiesta: "Decidiose al mayor culto de Chisto Sacramentado que permanentemente se adora Patente en aquella Santa Iglesia, adornándole con una rica colgadura de terciopelo con fleco y galones de oro fino, que tuvo de coste ciento y cincuenta mil y ochenta y tres reales. Luego que llegó a aquella ciudad, dio para la Translación de la Milagrosa Antiquísima Imagen de Nuestra Señora de los Ojos Grandes a su nueva magnifica capilla, 6.000 reales. A la Congregación o Escuela de María Santísima un hermoso viril de coste de cuatro mil reales. Reedificó la Casa o Palacio que aquella Dignidad tiene en Diomonde, precisa para recoger las Rentas que percibe en el partido de Monforte. Puso en orden el Archivo Episcopal y como faltasen muchos instrumentos y apeos necesarios para la perpetuidad de las Rentas de su orden se buscaron y se juntaron más de trece mil hojas. Hizo con equidad de Padre los Foros a cuantas personas vinieron a recibirlos y en medio de tener en el Obispado muchos parientes, a ninguno dio una hanega de pan en Foro. Instituyó de nuevo un oficio de Procurador de pobres y lo aplicó a la fábrica de aquella Santa Iglesia".

Y al hablar del testamento del Arzobispo dice: "Y pagados y satisfechos las partidas ya referidas en este mi testamento de lo remanente de todos mis bienes y efectos, quiero y es mi voluntad que se hagan doce partes, de las cuales en dos instituyo por mi heredero a mi gloriosísimo Patrón Señor Santiago Apóstol, para que se emplee a voluntad del Ilmo. Señor Deán y Cabildo de mi Santa Iglesia. En otras tres partes instituyo a las iglesias pobres de este Arzobispado, a disposición de mis cumplidores, quienes tendrán presentes las necesidades de paredes, retablos y fayados. En otras tres partes instituyo a los pobres necesitados de este Arzobispado a voluntad de mis cumplidores. En otra instituyo al Santísimo Sacramento de la Iglesia Catedral de Lugo, para que se emplee a voluntad del Ilustrísimo Señor Obispo, Deán y Cabildo. En otra instituyo por herederos en iguales partes a mi Señora la de los Ojos Grandes de Lugo y San Froilán, a disposición de los mismos. En otra instituyo a las iglesias parroquiales de Lugo y su Obispado y en otra a las personas pobres y necesitadas del mismo Obispado".

El escudo de sus armas se ve en la actualidad en la puerta principal del Palacio Episcopal de Lugo, que se erigió en el año 1478 y amplió por este Prelado con algunas obras que le eran necesarias.

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