Numerosos familiares, amigos y vecinos de Antonio Arca Brey, el empresario forcaricense asesinado en Culiacán (México) el pasado día 12, participaron ayer en los actos de celebración de su funeral en la iglesia parroquial de Quintillán, de donde era natural el fallecido. El templo se quedó pequeño para acoger a los asistentes, que quisieron darle su último adiós.

Encabezando la comitiva que acompañó el féretro a la entrada y a la salida de la iglesia -hacia el cementerio- estaban, entre otros familiares, los padres del fallecido y también su novia, que viajó desde México y llegó a Forcarei a última hora del pasado martes. Asimismo, también acudieron algunos de los socios del empresario, entre ellos, el que viajó al país americano nada más conocerse la noticia del asesinado, para ayudar en los trámites de repatriación del cuerpo.

En el funeral, que contó con la participación de cuatro sacerdotes que aprovecharon la homilía para mostrar su apoyo a la familia, también hubo representación del gobierno local. Así, acudieron la alcaldesa, Belén Cachafeiro, los ediles Ricardo Villaverde, José Francisco Bouzas y María Jesús Sineiro, además de Ana Doval y José Álvarez, por parte del PSOE.

Durante toda la celebración se vivieron momentos muy emotivos y escenas de dolor propias de quien despide a un ser querido después de una semana esperando para darle el último adiós. Entre los numerosos centros y ramos de flores había uno especialmente significativo: el que aludía al recuerdo de su hijo. Cabe señalar que el fallecido se convertiría en padre en diciembre. Su novia pasará unas semanas en la casa familiar de los Arca Brey, en el lugar de Rozados, a donde tenía previsto viajar el próximo mes de agosto en compañía de su pareja para conocer a la familia, unos planes que se truncaron tras la trágica muerte de Antonio Arca, asesinado tras, presuntamente, ser víctima de un atraco.