El cuatripartito salió ayer en defensa de su "moción de la aconfesionalidad" porque recoge la separación entre Iglesia y Estado que hasta preconiza el Papa Francisco, tal como indicó el alcalde. Rafael Cuiña acusó de "cinismo" a los populares por "hacer lo contrario de lo que dice el Papa". "Nosotros separamos la vida pública de la privada, unos somos católicos practicantes y otros no, pero todos pensamos lo mismo", proclamó el regidor. Y añadió: "Con o sin moción, haré exactamente lo mismo para dolor personal de alguno". "Es más -añadió- a lo mejor voy hasta con bastón de mando a las procesiones".

El teniente de alcalde aseguró que la moción del PP "no respeta la igualdad entre todos los cultos religiosos", porque "pone una religión por encima de las otras", al atribuirle valores democráticos de los que otras carecen. "Las instituciones públicas no pueden poner el credo de unos por encima del de los otros o de los que no tienen credo", añade Casares. Y concluye: "Llegó la Navidad y hacen política".