La religión vuelve a la arena política en Lalín. El anuncio del Partido Popular de que presentará una moción para revocar el acuerdo plenario de abril para "promover la libertad de conciencia y la no confesionalidad institucional" del Concello de Lalín reabre un debate que ya estuvo muy vivo durante la primavera. Los populares alegan que la presencia del alcalde, Rafael Cuiña, en primera línea de la procesión de las fiestas patronales incumple una resolución plenaria con la que nunca comulgaron, por lo que creen que es mejor su revocación.

El regidor lalinense salió ayer al paso de las críticas vertidas por el PP, al que acusa de meterse en sus "cuestiones personales", porque "en mi vida privada voy a misa y comulgo cuando puedo". "Yo no me meto en la vida privada de nadie y siempre respetaré a [José] Crespo Iglesias y las razones por las que él no puede comulgar", atiza Cuiña a su antecesor a través de su perfil en una red social. El alcalde niega que él presidiese la procesión del domingo, sino que lo hacía el vicario de la Diócesis de Lugo, Mario Vázquez, y sostiene que él fue "como un vecino más, sin bastón de mando, como tanto le gustaba a Crespo Iglesias a modo de pavo real". En este sentido, Cuiña pide a los populares que en su moción incorporen un apartado en el que ponga que la procesión "solo podrá ser presididida por José Crespo y, en caso de ausencia por fuerza mayor, por alguien del PP". Porque el regidor está convencido de que "lo que les duele es eso". Y que añadan "con quien puede ir a las procesiones el vecino Rafael Cuiña y con quien no".

Por último, el regidor proclama su "honda creencia" en la "separación entre Iglesia y Estado, con una buena relación entre ellas, como con cualquiera". Sostiene que "algunos alardean mucho con temas eclesiásticos, pero su cinismo es extremo, por lo que demuestran", y concluye que "va a ser divertido encontrarlos algún día en el averno".