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Miro Fernández Piedras: "Prefiero la ubicación en O Regueiriño; no molestamos a nadie y es más cómodo"

"En cada fiesta nos reencontramos con mucha gente y en Lalín tenemos buenos amigos"

Fernández, ayer, en Lalín con un dron que completa su tómbola. // Bernabé/Javier Lalín

O Regueiriño ya luce desde ayer con los miles de colores de las atracciones que alegrarán las jornadas festivas a los grandes y pequeños. Los trabajadores apuraban ayer sus trabajos para dejar todo listo y empezar a funcionar mañana con toda la ilusión. Responsables del ayuntamiento realizaron las últimas gestiones para que todos los feriantes pudiesen tener los diversos servicios a su disposición, como el acceso a agua. De las atracciones míticas que están presentes todos los años destaca la Tómbola El Cubo de Pontevedra que tiene largas décadas de historia.

-La tómbola El Cubo ya es un mito en las fiestas de Lalín.

-Sí venimos a estas fiestas toda la vida, ya mis padres venían a Lalín.

-¿Cuánto tiempo llevan con este negocio ?

-Somos un negocio familiar y yo ya pertenezco a la tercera generación.

-¿Cómo evolucionaron las fiestas lalinenses?

-La ubicación actual es mejor que la de antes, yo la prefiero, porque no molestamos a nadie y tenemos mejor comodidad nosotros.

-¿Hay mayor afluencia de gente en los últimos tiempos?

-Se nota que bajó lo que eran antes las fiestas de Lalín.

-¿Puede influir la programación de las mismas en cuanto a orquestas o a la crisis?

-Creo que es todo un poco. Por un lado la situación que se está viviendo y el cuanto al programa, está claro, que si es bueno traerá mucha gente foránea a parte de la del pueblo. También influye que haya unas buenas atracciones. Todo esto va vinculado al resto.

-¿Qué opina de la organización de las fiestas?

-Llevamos unos años que están intentando regularizarlo todo y es mejor que el tema de las atracciones lo lleve el ayuntamiento, y se está intentado hacer las cosas bien por parte de todos.

-¿Tienen todos los días del verano ocupados?

-Sí, nosotros prácticamente hacemos ya un recorrido marcado. Tenemos una ruta organizada y vamos de feria en feria, como todos los años. Desde Semana Santa no paramos hasta las fiestas del San Froilán de Lugo que son las últimas.

-¿Es un trabajo duro?

-Lo es, pero también tiene sus encantos. Ya no eres solo un negocio sino una tradición, te reencuentras cada año con gente y tenemos amigos por todas partes, y aquí en Lalín los tenemos muy buenos.

-¿Quedará cansado de tanto hablar después de cada fiesta?

-Sí (risas), pero es con lo que hay que convivir, pasa como en el caso de un locutor de radio. Tenemos que emplear coletillas, discurrir mucho, conocer las novedades para que la gente pase un rato ameno y divertido.

-Y el cansancio no puede ser visible ante el público.

-Nunca, tú tienes como un papel de teatro, pero realmente no lo es porque la improvisación es fundamental y aquí cada fiesta, cada minuto es diferente y tienes que estar continuamente improvisando.

-En cuanto a artículos, tienen que modernizarse cada año.

-Sí, eso es fundamental, buscar artículos que funcionen. Ahora lo que más destaca es todo lo relacionado con la tecnología: videojuegos, relojes inteligentes, patines eléctricos, gafas 3 D, drones, helicópteros, coches teledirigidos, karaokes, motos... Y después, tampoco pueden faltar los peluches de moda, en este caso, la novedad es la Patrulla Canina. También tiene mucho enganche los electrodomésticos de última gama.

-¿La gente se anima a buscar la suerte?

-Nosotros venimos con esa intención de que así sea, con el objetivo de sembrar alegría y repartir ilusión y la suerte tanto a niños como a mayores. Además, la gente se anima mucho a jugar a la ruleta, en la que hay comodines, y puedes llevarte desde regalos pequeños al mejor de la tómbola.

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