Jornada de puertas abiertas del Centro de Xestión do Coñecemento Arqueolóxico (CXCA)

El Pazo de Liñares se abre a la prehistoria

- Román Rodríguez asegura que el laboratorio está llamado a constituir "un referente en la arqueología gallega" - Decenas de personas visitan las instalaciones, que seguirán cerradas hasta que la Diputación defina la gestión

Lalín

Decenas de personas visitaron ayer el Centro de Xestión do Coñecemento Arqueolóxico (CXCA), dotado con 500 m2 dentro del Pazo de Liñares, en la parroquia lalinense de Prado, con motivo de su jornada de puertas abiertas. El laboratorio arqueológico, equipado y listo para funcionar, está llamado a constituir "un referente de la arqueología" en Galicia, tal como aseguró el conselleiro de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, Román Rodríguez, invitado en el acto inaugural de ayer. No obstante, las instalaciones seguirán cerradas por ahora, a la espera de que la Diputación defina su modelo de gestión.

El titular del departamento cultural de la Xunta y exconcejal lalinense puso en valor el centro, "un proyecto inteligente que nos va a permitir ver la parte de dentro de la arqueología", más allá de lo que se percibe en las excavaciones. El laboratorio castreño se enmarca en un pazo rehabilitado con la colaboración de cuatro administraciones (Estado, Xunta, Diputación y Concello) y abierto a la ciudadanía, no ya dezana, sino de toda Galicia. En sus dependencias se podrá descubrir una parte de la prehistoria y conocer el proceso de tratamiento de los restos arqueológicos.

Arqueología, restauración y la consecuente investigación y divulgación de esa labor se dan la mano en el nuevo centro, en el que se trabajará en dos sentidos. Por un lado, se estudiarán materiales documentados en excavaciones realizadas en yacimientos de la Edad de Hierro de toda la provincia, con especial relevancia para los localizados en la propia comarca. Además, la instalación prestará un servicio de restauración al Museo Provincial de Pontevedra, del que funcionará como apéndice con un mínimo de cuatro trabajadores.

Todas las piezas que entren en el centro serán limpiadas, almacenadas en las condiciones óptimas para su conservación y "sigladas", es decir, dotadas de un código identificativo sin menoscabar su vinculación al yacimiento arqueológico de procedencia. Los arqueólogos deberán inventariar los restos, mientras que los restauradores tratarán minuciosamente aquellos vestigios que lo precisen, intentando también reconstruir los más dañados. Todos estos trabajos, cita previa mediante, podrán ser visitados por el público en general. Y las piezas restauradas en el centro que tengan suficiente interés serán expuestas en el propio pazo hasta que envío al museo que les corresponda en función del lugar en donde fuesen encontradas.

Dos arqueólogos de la Diputación ejercieron ayer como guías durante la jornada de puertas abiertas. En el acto inaugural estuvo Rafael Rodríguez, que calificó el equipamiento de "sueño para cualquier arqueólogo o restaurador" y explicó el funcionamiento del CXCA: Las piezas procedentes de excavaciones llegarán a un primer despacho de recepción y administración, en donde se creará un expediente. Luego pasarán al laboratorio, situado en un edificio anexo al pazo, en donde se procederá a su lavado -junto con limpieza en el caso de los metales- y siglado, para después "estirar todas las piezas" y ver si forman un conjunto o si se tratan como elementos individuales. El centro está dotado de dos microscopios digitales para tomar fotografías. Luego, las piezas pasan a otra sala para la investigación e inventariado, en donde se les pone nombre y se comparan con otros hallazgos. Si es significativa, quedará un tiempo expuesta en Liñares; si no, será embalada para su remisión al museo correspondiente. El CXCA estará abierto a investigadores ajenos para colaboraciones.

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