La comarca dezana incorpora a su larga nómina de artistas un nombre más, el del escultor Carlos Alberto Castro Robles. Ayer, este artista bonaerense con familiares en Riobó (Negreiros) firmó con el alcalde silledense, Manuel Cuíña, el convenio de la cesión al concello de su pieza Homenaje a París. La creación, de tres metros de altura y 700 kilos de peso, está elaborada en acero cortén esmaltado y representa un velero. Tiene réplicas en Texas, Estrasburgo y Luxemburgo. Por la tasación que se hizo en el Centre Cultural Woluwe-Saint Pierre de Bruselas, el valor de esta escultura en el mercado puede rozar los 30.000 euros.

Queda por determinar dónde se colocará esta pieza, que podría lucir en una rotonda, un parque o cualquier espacio público, siempre que cuente con un pedestal o una protección similar que evite lesiones a los niños o viandantes. Cuíña no descarta que su nuevo enclave sea la rotonda de la salida de la autopista, ya que la glorieta de entrada al casco urbano desde Lalín ya está ornamentada y en la de la Semana Verde se hizo una restauración años atrás.

Pero no será Homenaje a París la única pieza que viaje a tierras trasdezanas desde Girona, ciudad en la que residió el autor desde 1988 hasta hace escasos meses y en la que se fabricó la escultura, ideada en la capital francesa. El convenio que se firmó ayer también estipula el traslado de otras dos piezas así como de todo el taller del artista, reconocido a escala internacional por su excelencia en los grabados y por introducir en España el Movimiento Madí. Esta corriente surgió en Argentina en 1946 de la mando de artistas plásticos, y desde entonces se trasladó a todas las ramas del Arte. Debe su nombre al Materialismo Dialéctico y, en el caso de Carlos Castro, le permitió participar a finales de los años 90 en la exposición de dicho movimiento que albergó el Museo Reina Sofía, de Madrid, así como en Nápoles en 2002, entre otros.

El Concello de Silleda correrá con los gastos del traslado de las piezas y del taller, en el que destaca una máquina de grabados fabricada en Basilea en el año 1888. La presencia de este artilugio en Silleda se antoja imprescindible, ya que Carlos Castro quiere impartir en Trasdeza cursos de grabado para todas las edades. Tiene previsto, también, poner en marcha diversos proyectos artísticos junto a su primo, el arquitecto José Alfonso Pájaro Sanmartín.

Si desde la Alcaldía Cuíña insistió en el honor que supone para el concello el hecho de que "un artista de este prestigio y trayectoria se instale en nuestro municipio". Quiso recalcar, también, la enorme valía del patrimonio artístico-cultural que se va a traer de tierras gerundenses. Por su parte, Castro -que acudió acompañado por su primo y su tía Úrsula Amelia- mostró su orgullo por donar la pieza a Silleda, tierra a la que solía venir por temporadas y en la que acaba de establecerse de forma permanente. Durante su intervención, Castro quiso mostrar su cariño por la tierra de sus ancestros e hizo un pequeño guiño a los silledenses y a todos los españoles, "porque hay que tirar hacia adelante. España no se merece lo que le está ocurriendo en política", apostilló.