Carmen Reboredo y José Mouriño, el matrimonio de Lalín acusado del asesinato de su hija Sonia y la muerte de Amador Vázquez Quinteiro, un antiguo empleado de la pareja que falleció asfixiado tras el incendio provocado en su casa de Barcia en noviembre de 2010, ingresaron el pasado martes en la prisión provincial de A Lama después de que el Tribunal Supremo desestimase el recurso de casación presentado por la pareja residente en Barcia contra la sentencia que los condenó hace diez meses a 58 años de prisión a cada uno de ellos. Tal y como confirmó ayer a esta Redacción el secretario de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra, al ser la sentencia firme, a Mouriño y a Reboredo sólo les queda presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional para evitar cumplir la totalidad de la condena dictada por la Audiencia.

Los abogados de ambas partes declinaron hacer declaración alguna ayer a la espera de poder entrevistarse con sus respectivos representados. Tanto José Manuel Lago, abogado de José Mouriño, como Calixto Escariz, letrado defensor de Carmen Reboredo, rehusaron pronunciarse sobre la entrada en la cárcel de la pareja mientras no tengan oportunidad de conocer qué piensan hacer al respecto los acusados. "Espero poder hablar con él esta semana o bien la próxima, pero hasta entonces no puedo decir nada más", explicó Lago preguntado por cuándo tenía pensado verse con Mouriño después de que ambos durmieran durante dos noches en el establecimiento penitenciario pontevedrés. Cabe recordar que Mouriño siempre expresó su intención de agotar todos los procedimientos legales para demostrar su inocencia, por lo que no sería de extrañar que el recurso de amparo ante el Constitucional sea presentado por su parte.

Los hechos que acabaron con la muerte de la joven Sonia Mouriño Reboredo y del anciano Amador Vázquez Quinteiro se produjeron el 29 de noviembre de 2010 en el lugar de Outeiro, de la parroquia lalinense de Barcia. Por su parte, José Mouriño y Carmen Reboredo fueron hallados por efectivos de la Guardia Civil en una fosa séptica en la que ella habría intentado suicidarse y a la que su marido se habría tirado para impedírselo.

En la vivienda incendiada se encontraban también la madre y el hermano de Carmen Reboredo, que lograron salir con vida tras ser rescatados del incendio por efectivos de Protección Civil de Lalín. Los dos únicos supervivientes de la tragedia -al margen del matrimonio de presuntos parricidas- fallecieron con posterioridad en una residencia de Lugo, en donde fueron realojados unos días después.

El matrimonio lalinense disfrutó de casi diez meses de libertad después de que sus respectivas defensas consiguieran evitarle la cárcel a la espera de que se resolviera el recurso de casación del Supremo. Tanto Mouriño como Reboredo estaban obligados a presentarse cada día en las dependencias de la Guardia Civil de Lalín.