El estradense Enrique Otero es ya todo un referente en el ámbito de la Educación. Su larga trayectoria profesional dedicada a la docencia y a la dirección del Colegio Nosa Señora de Lourdes de A Estrada, que él mismo fundó, hizo que el Foro Reyes Católicos de Santiago de Compostela se fijara en él y le otorgase una medalla de oro para homenajearlo, dos años después de su jubilación. El evento contó también con la presencia del Conselleiro de Educación y Cultura, Jesús Vázquez. Otero relataba horas antes a FARO cómo recibió la noticia del homenaje y qué vivió durante sus más de 40 años en el mundo de la enseñanza.

-¿Qué le parece ser merecedor de este homenaje?

-Me parece que no soy merecedor de tal honor (risas). Cuando recibí la notificación donde me citaban al homenaje y leí que resaltaban "la humildad y el cariño que siempre le profesa a sus gentes y a su tierra natal, y un hombre entregado a causas justas" creo que exageraron. No digo que sea mentira porque, por ejemplo, trabajador? vago no soy. Llevo trabajado lo mío (risas). Y me siento orgulloso de los valores que ven en mi carácter. Además soy muy afortunado. Para mí, la medalla es un premio a todo. Seguro que hubo otra gente que también merecía el galardón y no tuvo la suerte de que se lo concedieran o de que presentaran su candidatura.

-¿Cómo recibió la noticia de que iba a ser galardonado por el Foro Reyes Católicos?

-Me llamaron por teléfono para preguntarme si aceptaba mi presentación como candidato. Y para mi sorpresa, no tenía ni idea de que alguien me había propuesto para el premio. Les dije que aceptaba, porque también me parecía un acto de soberbia rechazarlo, pero me sentí muy desorientado. Dos días después me notificaron que había sido elegido para el homenaje.

-¿Pero le pareció acertado, justo?

-A ver, es como aquel que juega a la lotería. A mí me cayó del cielo y siempre es mejor que te inviten a tomar algo a que te tiren el vino a la cara (risas). En realidad me siento súper agradecido por este detalle.

-¿Cuál cree que fue la clave de su éxito?

-Tuve que trabajar mucho pero? como tantos otros. Mucha gente pierde sus trabajos y yo, que fui un autoempleado cuando empecé, tuve la fortuna de llegar al fin de mi profesión y lo hago muy satisfecho y orgulloso. No presumido, sino satisfecho de mi labor. Me pude haber enfermado o me pudieron haber embargado la hipoteca, que tuve muchas. Y yo tuve la suerte de poder pagarlas todas. Además, en lo profesional estuve siempre rodeado de un equipo de personas de una valía extraordinaria. Por el colegio pasaron miles de alumnos que muchos de ellos están hoy colocados en puestos de trabajo aquí y en el extranjero y es muy gratificante. Tuve mucha fidelidad también por parte de mi familia. Y con unos buenos amigos... soy feliz (risas).

-¿Qué es la docencia para usted?

-Por los medios que hay ahora, se trata de decir que la docencia de ahora es mejor que la de antes. Yo digo que, independientemente de los medios, la docencia tiene que ser impartida por unos profesores capacitados, enamorados de su trabajo, dotados y comprensivos con su tarea. Esta es una profesión fundamentalmente vocacional, aunque después también se quiera ganar un sueldo porque de algo hay que vivir. Me gustaría que la mejora del profesorado estuviese a la altura de Finlandia, donde solo pasa el filtro para la docencia el 10% de los aspirantes. Aquí habría que meter mano a los planes de estudio de los profesores. Y no va a haber ley de educación que cambie las cosas y que mejore nuestros controles internacionales mientras no haya una preparación del profesorado que pueda responder perfectamente a esas exigencias.