Mal se imaginaba el gobierno de Jesús Otero, cuando aprobó en mayo de 2010 el plan urbanístico especial para el polígono de Cumeiro, que su proyecto estrella para potenciar el Galo iba a tardar años en ver la luz. A día de hoy, ni siquiera la catalogación como rústico del suelo es la adecuada para esta infraestructura. Por eso, el gobierno aguardará a que en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) lo contemple como un suelo de dotación. La espera también viene motivada por el retraso de la Xunta en responder a la solicitud de una subvención, que se tramitó hace ya medio año, y con la que se pretendían cubrir los gastos de urbanización. Economía e Industria tendrá que cubrir parte de los gastos de pavimentación del acceso desde la carretera de Cruces a Ledesma, así como la canalización de aguas y el asfaltado del vial municipal que transcurre por la parte trasera de los terrenos.

Meses atrás, el delegado territorial de la Xunta, José Manuel Cores Tourís, se comprometió a que estos gastos apareciesen en las subvenciones de Industria. Pero la Xunta, en su plan sectorial de áreas de ordenación empresariales, no incluye el polígono de Cumeiro entre las zonas donde se realizarán actuaciones hasta el horizonte de 2024. Tampoco figura el de Catasós, en Lalín, ni el parque que se promueve en A Devesa, a un kilómetro escaso del casco urbano de Rodeiro. Ello se debe a que, según el criterio de la Xunta, en ninguno de los dos casos se constata una demanda real de suelo. Por lo que concierne a Cumeiro, el edil de Obras, Manuel Souto, apunta que sí tienen empresas interesadas en ubicarse en el futuro polígono. Pero a decir verdad la falta de servicios y de calles imposibilita hasta el funcionamiento del Centro de Interpretación do Galo de Curral.

No cabe duda de que los retrasos burocráticos a que se ve sometido el polígono agroforestal de Cumeiro se convierte en una de las principales críticas de la oposición al ejecutivo de Jesús Otero. Ya desde el anuncio de la puesta en marcha del parque, desde el Bloque se insistió en el sin sentido que sería abrir un nuevo polígono cuando había espacio suficiente en el parque industrial de O Camballón. Más que nada, porque ello supondría un doble gasto en servicios de agua, luz, energía eléctrica y urbanización. Por el momento, el tiempo, el papeleo y la falta de subvenciones le están dando la razón al Bloque.