José Ulloa Pimentel nació en 1805, en el pazo de Filgueiroa -casa solariega de los Ulloa- en Donramiro. Hijo de Joaquín Ulloa Rodríguez y de Juana Pimentel de Rúa, se casó con Cayetana García-Barros Regueiro. Murió sin descendencia. Además de alcalde de Lalín, en 1835, fue Comandante de la Milicia Nacional, promotor fiscal y juez de Primera Instancia de Lalín, Vigo, Santiago, Ourense, Pontevedra, Alicante, Huelva y Santander. Es elegido Diputado suplente electo a Cortes por Pontevedra en 1843, reemplazando a Juan Bautista Alonso y en la elecciones de 1844, también diputado suplente electo, llamado en lugar de Alejandro Mon y Menéndez. Además, desempeñó los cargos de Presidente de la Diputación y Gobernador de la provincia de Pontevedra. Durante la guerra civil carlista persiguió a los facciosos, librando a los habitantes del distrito de los incendios, los robos y asesinatos, y en la Revolución cooperó eficazmente a que Lalín, a una voz, se uniese para salvar la Constitución de la Junta de Gobierno. Era tío abuelo del sabio astrónomo Ramón María Aller Ulloa. Murió en Santiago en el año 1876.

Su carrera como juez comienza en el 23 de febrero de 1836, cuando la Reina Gobernadora María Cristina le nombra, con calidad de interino, promotor fiscal del Partido de Lalín. Pese a la oposición del juez de 1ª Instancia, Mariano Feijoo y Taboada, porque Ulloa estaba procesado por dos causas, éste tomó posesión de la plaza el 6 de abril del mismo año. Dos años después pasa a ser juez del Juzgado de 1ª Instancia de Lalín, vacante por traslado de Matías Díez de Prado. Tras conocerse su nuevo cargo, los ayuntamientos de Golada y Rodeiro emiten un escrito al Gobierno, en el que manifiestan que Ulloa Pimentel "tiene un fondo de justicia inalterable y un decidido amor al partido. Los pueblos del distrito siempre han tenido en el señor Ulloa un punto de apoyo y protección y una fuerza protectora que jamás se negó a salir en su socorro, fuesen muchos o pocos los enemigos con quienes iba a combatir".

Siendo juez de Lalín, surgió un problema con los procuradores, al establecer la sede del Juzgado en su casa del lugar de Filgueiroa. José María Froiz y Bernardo González Portela solicitaron al regente de la Audiencia de Galicia que el juez residiera en Lalín, la capital del Partido, y no en el pueblo de Filgueiroa, donde se hallaba con el juzgado. Exponen que el pueblo capital del partido de Lalín tiene todas las comodidades posibles para que pueda residir el juez, que fijó su residencia en Filgueiroa donde se encuentra su casa y la de otros tres vecinos de Donramiro. Como réplica, Ulloa Pimentel esgrime que "el lugar de Lalín estrictamente dicho consiste solo en 4 ó 5 malas casas que están alrededor de la Iglesia de San Martín de Lalín, en las cuales nunca ha residido ningún juez de 1ª Instancia, ni actividad alguna. Sería violentar la expresión si se llamase pueblo de Lalín al lugarcillo de este nombre que solo tiene la iglesia y cuatro ó cinco casas miserables, o al de La Torre que dejando aparte la nueva del señor Gutiérrez y el Cuartel que ocupa la tropa, no presenta más casa que siete tabernas despreciables, y que si tienen algunos cuartos o barracas altas sin fallados ni vidrieras, los ocupan los soldado".

Sigue exponiendo que "nunca las dependencias de este juzgado estuvieron en La Torre, ni es posible. En Donramiro, Filgueiroa y lugares inmediatos se acomodó siempre la mayor parte. Guarnecidos estos puntos por la Milicia Nacional de mi mando, donde hay situados por la noche tres retenes: uno en La Torre, otro en Donramiro y otro en Filgueiroa. Los centinelas de los tres se corren la palabra de alerta". Los escribanos refrendan los argumentos de Ulloa, de modo que el fiscal de Su Majestad termina decidiendo que la queja de los procuradores generales era infundida y, por lo tanto, digna de ser desatendida. De este modo, el juez puede seguir con su juzgado en el lugar de Filgueiroa.

En 1840 le separó del empleo de juez una junta erigida en Pontevedra, pero no pudo separarle de la merecida reputación de la que siempre gozó entre sus paisanos. El Ayuntamiento de Lalín, de acuerdo con los demás municipios del partido - Rodeiro, Golada, Carbia, Chapa y Dozón-, defendieron al juez ante la Reina, alegando que "Ulloa Pimentel sirvió la judicatura de 1ª Instancia de Lalín, administrando recta justicia. y arreglándose a arancel en el cobro de derechos y que prestó importantes servicios a la causa nacional en la crítica situación que atravesaba la provincia, contribuyendo a sujetar a los descontentos de La Estrada". Así pues, la junta no pudo separarle de la merecida reputación que siempre gozó, y de la que es una prueba haber salido diputado suplente en las elecciones a Cortes por Pontevedra en 1843, reemplazando a Juan Bautista Alonso.

El 29 de Diciembre de 1843 Isabel II le nombra juez de 1ª Instancia para e Juzgado de Vigo, por traslado de Antonio Harraola y Echeguren. En 1845, siendo juez de Vigo, se traslada a a Madrid para desempeñar el cargo de diputado a Cortes , y un año después regresa al Juzgado de Santiago de igual clase que el de Vigo, vacante por promoción de Miguel Isidro Álvarez.

Infarto hepático

El 9 de Abril de 1847 es promovido para el Juzgado de Alicante, de término, para sustituir a José María Lasarte, solicitando dos meses para tomar posesión, porque su estado de salud convaleciente, consecuencia de una prolongada y larga enfermedad a consecuencia de un infarto hepático. En junio es nombrado juez de 1ª Instancia de Orense, para cubrir la vacante de Manuel Tutor. Tuvo algunos problemas por oponerse a ciertas disposiciones tomadas por el jefe político de la provincia, que había dictado el destierro de tres vecinos de Orense.

El 22 de Agosto de 1848 es trasladado al Juzgado de 1ª Instancia de Huelva, de termino, por traslado de Salvador Rodenas, para lo que pide setenta días de licencia. Y es que, estando en Orense, en la estación rigurosa de calores salió dirigiendo la fuerza de Guardia Civil y más que se le ha facilitado para perseguir una gavilla de once ladrones que afligía el país. El cielo recompensó sus fatigas, pues tuvo la satisfacción de haberlos identificado y presos a todos, pero este trabajo extraordinario agravo su afección crónica del hígado y produjo otra aguda que reclamaba una pronta operación quirúrgica.

El 29 de Enero de 1849 es nombrado juez de Primera Instancia de Pontevedra, por traslado de Julián Touves, del que tomó posesión el 9 de abril. Tres años más tarde se traslada a Santander, por cese de Domingo Rusío. La capital cántabra fue su último destino como juez; en diciembre del mismo año pasó a la Carrera Administrativa desempeñando los cargos de presidente de la Diputación y posteriormente de Gobernador de la provincia de Pontevedra.