En el 150 aniversario de La Saleta

El autor repasa los principales hitos del santuario de Siador, el primero dedicado al culto saletino en España

Procesión de antorchas que abre las fiestas de La Saleta en los últimos años.

Procesión de antorchas que abre las fiestas de La Saleta en los últimos años. / // Bernabé/Gutier

Perfecto pereiro lázara

En el año 1846, el sábado 19 de septiembre, dos niños pastores, Maximino Giraud y Melania Calvat, vecinos de Corps, pastaban su ganado en las laderas del monte Sus-les-baisses. De repente ven una gran claridad que les asusta y se produce la aparición de la Virgen María que les transmite un mensaje y que ellos dan a conocer. Pasados unos años, el 19 de septiembre de 1851, la iglesia reconoce la autenticidad de las apariciones. El 1 de mayo de 1852, el obispado de Grenoble anuncia la construcción de un santuario dedicado a la Virgen, sobre la montaña de la Salette y se crea una nueva congregación religiosa que llevará por nombre Misioneros de Nuestra Señora de la Salette. Rápidamente se extiende esta devoción a la virgen dentro y fuera de Francia, en un movimiento similar al de Lourdes, ocurrido unos años antes en el Sur de Francia (1854) o en Fátima (Portugal) en 1917. Eran años de una gran religiosidad en toda Europa y en España. El culto y devoción a la Virgen se había fomentado desde la Iglesia, con la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción en 1854, lo cual contribuyó sin duda alguna a este espectacular crecimiento del movimiento Mariano.

D. Francisco María Rivas Taboada, vecino de Siador, hombre rico, creyente y generoso, recibe de un amigo de Pamplona, D. Florencio Sanz, información y estampas sobre las apariciones en Los Alpes, con el ruego de extender esta devoción, a lo que él se presta gustoso y lo realiza de acuerdo con sacerdotes de la zona. Como creyente convencido, el 25 de enero de 1863 celebró en la capilla de su casa de Sestelo la primera novena a La Saleta. A mediados de marzo de 1863, ante el temor a una epidemia que asolaba la zona se celebró la segunda y ante una enorme sequía que asolaba la zona, implorando la lluvia, el 20 de junio del mismo año celebró la tercera novena, obteniendo en ambas los favores pedidos a la Virgen, según relata el propio Rivas. La devoción a la Virgen de la Saleta crece y D. Francisco Mª encarga un grupo escultórico de la Virgen de Saleta al escultor Magariños, grupo que se entronizará el 26 de junio de 1854 en su casona de Sestelo. Se cuenta que la imagen labrada en Santiago, fue traída a hombros hasta Siador por unos mozos de la parroquia. Como el santuario se queda pequeño, él mismo propone una suscripción popular -en la que participa y sufraga casi en su totalidad- para llevar a cabo la ampliación de la iglesia y convertirla en un santuario. El 8 de abril de 1865 se finaliza la ampliación y la imagen de la Virgen con los pastores se traslada definitivamente a la iglesia. Desde esa fecha hasta la actualidad, todos los meses de septiembre en esa pequeña parroquia se ha venido celebrando sin interrupción la famosa Fiesta de la Saleta. En 1926 se construye el camarín actual, una urna de cristal, en el que se puede contemplar, en el centro del retablo, encima del sagrario, la imagen de la Virgen rodeada de los dos niños pastores y unas vacas de pequeño tamaño. En 1865 se crea la Asociación Saletina que, al año siguiente, con permiso del Obispado, se agrega a la Archicofradía de la Saleta de Los Alpes. El 5 de abril de 1867 se logra que una reliquia, un trozo de la roca sobre la reliquia que se apareció la Virgen, llegue Siador y en 1868, al lado del santuario, se construye la fuente.

La Fiesta de la Saleta, con sus dos vertientes, religiosa y profana, gozó desde los primeros años de una gran aceptación popular, no solo en la comarca, sino en toda Galicia. Desde los primeros momentos la iglesia local supo fomentar y alimentar tal devoción popular con una serie de actos de tipo religioso en torno al 19 de septiembre. Entre esos actos destaca la famosa novena, realizada en las primeras horas de la mañana con misa, sermón predicado por un fraile, comunión y confesiones.

El 18 de septiembre, al finalizar la novena, se cumplía una tradición consistente en desayunar las rosquillas en el mismo campo de la fiesta. Esa misma tarde se celebraban las Vísperas solemnes en la iglesia, con el rezo del rosario, plática o sermón y exposición del Santísimo. El día 19 era el día grande. Desde las seis de la mañana se celebraban misas continuamente, se recogían limosnas, donativos, exvotos y encargos de misas por los enfermos y difuntos al mismo tiempo que se llevaban estampas, medallas, rosarios y otros objetos de carácter religioso relacionado con la Virgen de la Saleta. A las 12 se celebraba la Misa solemne, cantada y con un sermón especial. Después se celebraba la procesión, presidida por el cura párroco y autoridades locales. Algunos devotos, con una fe ilimitada en obtener curaciones milagrosas de enfermedades y todo tipo de dolencias, recorrían de rodillas el atrio del santuario. Con la recogida de la procesión y la bendición final terminaban los actos religiosos. La fiesta profana con el campo de la fiesta iluminado y engalanado con banderas, guirnaldas, se llenaba de puestos de pulpeiros, bares, carpas, churrerías y atracciones diversas. La verbena nocturna era amenizada por una banda de música y una orquesta, generalmente de renombre y fama en Galicia, que, turnándose, tocaban sin cesar hasta altas horas de la madrugada. Lo más característico eran la cena (el día 18) y comida campestres (19), a las que acudían familias enteras, con invitados y amigos, que traían de casa las viandas elaboradas. Si el tiempo lo permitía, se realizaban en las robledas y sino en los cubiertos. En la media noche, desde el atrio de la Iglesia, se lanzaba una sesión extraordinaria de pirotecnia.

Hoy, la tradición continúa y la Saleta se convierte en una fecha de encuentros. La gente de la zona que vive fuera siente y responde a la llamada. Se siguen celebrando la fiesta religiosa y la profana con una nueva orientación, ya que, desde el 4 de marzo de 1984, la Comunidad de los Misioneros de Ntra. Sra. de la Saleta en España se hace cargo de la administración y atención pastoral de la parroquia de Siador y del santuario. Edifican allí, junto al campo, el centro espiritual que a su vez es la residencia de la comunidad. En el año 2001 se constituye la Fundación Santuario de Nuestra Señora de La Saleta que dirige y marca las pautas relativas a la festividad y culto de la Virgen.

Con motivo de la celebración de este 150 aniversario, el Santuario de Siador obtuvo la concesión de un Año Santo Jubilar, concedido por Roma, tras una petición de indulgencia plenaria, solicitada por el obispo de la diócesis. El tan ansiado Año Santo inaugurado el pasado 13 de septiembre por el obispo de Lugo, Excmo. Sr. Alfonso Carrasco Rouco, finalizará el 19 de septiembre de 2014, con la coronación oficial de la Virgen, tras los solemnes actos programados para el mes de junio de este año en Silleda.

Perfecto Pereiro es catedrático de Historia, natural de Silleda y afincado en Santander

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