No hay marcha en Nueva York... ni en Lalín

El cierre de locales se sucede por el declive de la movida nocturna, con gran tirón años atrás - En rúas como la B solo quedan 4 pubs - En la localidad no trabaja ninguna discoteca y algunos vecinos buscan alternativas en villas limítrofes

El histórico concierto de Manu Chao atrajo, en 2001, a más de 13.000 personas a Lalín.  // Bernabé

El histórico concierto de Manu Chao atrajo, en 2001, a más de 13.000 personas a Lalín. // Bernabé

LALÍN

A finales de la década de los 90 se puso en marcha la campaña "Lalín Marcha" para colocar en el mapa gallego la movida nocturna de una villa mediana con un vertiginoso crecimiento. Programaciones puntuales al margen de los conciertos de verano o los importantes espectáculos musicales de las fiestas patronales de septiembre contribuyeron a que las rúas de la capital dezana se abarrotasen de vecinos y visitantes los fines de semana. La movida lalinense gozaba entonces de un enorme tiró en Galicia y así aguantó un tiempo hasta, que ya hace algunos años, comenzó el declive del ocio nocturno.

¿Los motivos? En este caso existe un reparto de culpas entre clientes y hosteleros. El escaso atractivo de los locales con una inversión más bien pobre, la mejorable música o hasta la lucha contra el "garrafón" -el Concello llegó a interesarse por este asunto como lo hicieron otros en Galicia- son algunos de los argumentos que todavía hoy se esgrimen para hablar en pasado de la movida. Los profesionales, por contra, tuvieron en muchos casos que abandonar sus negocios, en absoluto rentables con menos de cinco horas de trabajo a la semana. También existen voces críticas sobre el exceso de celo en los controles horarios. Pero lo cierto es que una parte de los lalinenses de menor edad que salen los fines de semana eran unos bebés cuando las calles Luis González Taboada o B se quedaban pequeñas para acoger el ir y venir de la gente de un local a otro. En la segunda rúa, donde llegó a haber cerca de una decena de pubs, hoy en día quedan cuatro y uno podría cerrar sus puertas en breve. La semana pasada también se despidió otro clásico de la movida local: el Barriga Verde, que antes fue Terminal y los más veteranos recuerdan como Piso Piloto.

No hay marcha en Nueva York... ni en Lalín

No hay marcha en Nueva York... ni en Lalín

Todavía más atrás en la memoria quedan los tiempos de las discotecas Campos, Krakatoa, Palladium después -tanto en la calle B como en la casa de Lalín de Arriba donde fue clausurado otro local meses atrás-. Tras el cierre de Planet actualmente ya no hay ninguna discoteca y los pubs que quedan -llegan los dedos de las dos manos para contarlos- tratan de mantener sus puertas abiertas, en muchos casos, con un puñado de fieles clientes.

Ahora parece impensable recuperar aquellos espectáculos estivales o los de As Dores, por los que cada año pasaban los grupos de referencia. Tampoco existe un festival alternativo como A Foliada, un certamen temático u otro para bandas noveles. Aquel mes de agosto de 2001, en el Manuel Ángel Cortizo, el histórico concierto de Manu Chao fue el último evento relevante en la movida. No hay marcha en Nueva York, decía la letra de José María Cano en 1988. Más o menos como en Lalín.

No hay marcha en Nueva York... ni en Lalín

No hay marcha en Nueva York... ni en Lalín

No hay marcha en Nueva York... ni en Lalín

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