África Albertí de Mas imparte hoy un taller acerca de "como comunicarse mejor con los hijos" en el Museo do Moble e da Madeira de A Estrada. En este curso los asistentes aprenderán que la comunicación es lo que sostiene las relaciones, la construcción de la personalidad y la percepción sobre uno mismo. El curso está orientado a los padres y hoy se celebra la penúltima sesión desde las 20.00 a 22.00 horas. El día 27 finaliza la actividad.

-¿Qué es la comunicación infantil?

-Es prácticamente todo. Desde que nacemos nos comunicamos de forma no verbal y dentro de la barriga hay comunicación a través de movimiento, del habla y después de más mayores esta la comunicación verbal. Diríamos que es bastante importante en la relación con nuestros hijos.

-¿Qué pueden hacer padres e hijos para mejorar la comunicación?

-En el curso que hacemos en A Estrada nos centramos en la idea de que la familia es un sistema, lo que sucede en la familia les afecta a todos, todos son responsables pero quien realmente puede hacer el cambio es el adulto, el que puede hacer conciencia, comunicarse mejor, ser más empático. Si el niño recibe ese respecto por tu parte, lo va a poder comunicar también, pero el niño en principio no es el impulsor del cambio, es el adulto. Lo que deberíamos hacer es empezar por el adulto, por analizar un poco como nos comunicamos, es decir, si lo hacemos desde la empatía o desde nosotros mismos y hasta qué punto estamos aceptando de manera incondicional lo que nuestro hijo es.

-¿Cuál es el principal problema entre padres e hijos?

-No diría que es un problema, no lo concibo como un problema. Es una dificultad que en parte tiene que ver con el ritmo de vida que llevamos hoy en día, con que criamos a los hijos solos, no hay un entorno social y en grupo como se hacía antes. Pero no es un problema, es una filosofía, ponernos en lugar del otro, del niño y ver y aprender que lo que siente es suyo, valido y a partir de ahí comunicarnos de una manera un poco más respetuosa.

-¿Cuáles son los recursos más erróneos y los más correctos que usan los padres en este caso?

-Para mí lo más erróneo y lo más correcto son las dos caras de una misma moneda. Es erróneo el negar los sentimientos del pequeño, es decir, cosas tan simples como: "¡pon la chaqueta!"," ¡no la quiero poner que no tengo frío!". Ya estamos negando y una vez que tenemos eso ya estamos negando lo que dice el niño y eso para mí es lo más erróneo. Es decir, no aceptar lo que siente. Porque a partir de aquí es cuando empieza el conflicto. Y lo más acertado es precisamente eso, aceptar lo que siente y reconocer lo que siente el menor, que no tiene frio en este caso. Y a partir de aquí encontramos una solución, pero no negarle ese sentimiento o esa sensación que el niño pueda tener.

-¿Qué es lo que perjudica la comunicación hoy en día con los padres?

-La velocidad de la vida, el ritmo, tenemos menos tiempo, menos tranquilidad. Si la tuviésemos podría ser mejor la comunicación.

-Enseñar con el ejemplo es más eficaz que hablar con los niños. ¿Cómo podemos enseñar normas de conducta a los niños en la práctica?

-Siendo nosotros mismos y no cambiar la conducta. Hay cosas que son tan sutiles que cuesta verlas. Por ejemplo, no hay que mentir porque los padres siempre dicen: "no hay que mentir, no digas mentiras" y después llaman por teléfono y lo coge el hijo y le dice el padre: "dile que no estoy" y claro eso no es así. El día a día está lleno de oportunidades para enseñar lo que hay que hacer, pero si no ponemos un poco de nuestra atención se nos escapa y lo hacemos mal.

-¿Podemos o debemos ser amigos de nuestros hijos? ¿Es beneficioso para su educación?

-Depende de la edad, del concepto de amistad, lo que hay que ser es respetuoso. Los niños ya tienen a sus amigos y para mí es básico. Somos adultos y tenemos una responsabilidad en la que ellos dependen de nosotros, con lo cual, amigos no tiene mucho sentido. Otra cosa es que ese niño tenga 18 años y pueda comunicarme con el de igual a igual. Pero yo no consideraría eso amistad, tampoco, para mí son conceptos diferentes. Creo que tenemos que ser tan respetuosos como si fuésemos amigos pero está claro que amigos no somos. Para mí sería una relación de amistad pero sin amistad. El respecto y la confianza la podemos tener pero la relación con los amigos es diferente, porque yo creo que es el tema de la edad. Tenemos que tener claro que nuestros papeles son otros, tenemos que coger el papel del adulto, responsabilizarnos nosotros y cambiar las cosas, no pretender que lo hagan ellos.