La Coral Polifónica de Agolada acaba de estrenar nuevo director. Se trata del lalinense Alejandro Piñeiro, profesor en el colegio Xesús Golmar y también director de la Coral Infantil de Lalín. Su estreno podrá verse el próximo 5 de abril en la cabecera dezana, durante el certamen de corales. El 26 de ese mes el coro agoladense acudirá a Arbo, mientras que el 24 de mayo se desplazará a Carral y el 28 de junio será la anfitriona del certamen de coros de Agolada.

-La primera pregunta es inevitable. ¿Va a pelear por el tan ansiado auditorio de Agolada para disponer de un local digno en el que ensayar y dar conciertos?

-Por supuesto que sí. Voy a hacer presión porque necesitamos un espacio propio, en el que la coral pueda tener sus cosas. Es más, la Polifónica de Agolada lo merece porque tiene una gran calidad y mucha fama en toda Galicia.

-¿En qué tiene que cambiar el chip cuando pasa de ser el director de una coral infantil a una de adultos?

-Hay ejercicios que son similares, como el trabajo con la voz o con la respiración. Pero aunque los niños sean auténticas esponjas a la hora de memorizar lo que les enseñas, no puedes exigirles que distingan la polifonía al mismo nivel que puede hacerlo un adulto. A un niño tienes que presentarle todas las pautas de una forma más entretenida, mientras que a un adulto puedes darle más directrices para que entiendan el porqué de cada enseñanza.

-Usted sustituye a Sandra Nasher, cuya marcha por motivos laborales también dejó huérfana a la Coral da Alegría, de la residencia de As Dores. ¿Cuál fue su primera impresión durante el primer ensayo con el coro?

-Me di cuenta de que estaba enamorado de esta coral, porque tiene mucho trabajo hecho y un repertorio muy bien montado, además de una flexibilidad tremenda.

-En los últimos tiempos estamos asistiendo a un auténtico boom de grupos corales para adultos. ¿Es una nueva alternativa de ocio para los vecinos más veteranos?

-En realidad las corales existen desde hace bastante tiempo, pero como la media de edad está por encima de los 50 años sus miembros siempre van a menos por cansancio o por enfermedad. Pero lo bueno de las corales es que la voz es el instrumento musical más democrático y para el que no se necesitan grandes estudios musicales si uno no va a dedicarse a ello de forma profesional. Y es verdad que la coral tiene un componente social muy grande, porque sus miembros quedan antes y después de los ensayos. Pero ocurre lo mismo con la Coral infantil de Lalín. Sus niños están muy ilusionados con el concierto de presentación.