Rocío Rey es una de tantas jóvenes que decidieron probar suerte en el extranjero para encontrar un trabajo que aquí en España es muy difícil en estos momentos de crisis económica. Cambridge fue la ciudad elegida por esta estradense que decidió dejar su Rubín natal para embarcarse en una nueva aventura. Las condiciones laborales y económicas en el Reino Unido son muy diferentes a las de España y eso hace que Rocío no piense en dejar Cambridge por el momento.

-¿Cuáles fueron los motivos que te llevaron a abandonar Galicia?

-Yo no diría abandonar ya que a Galicia siempre la tengo muy presente. Decidí irme tras terminar la carrera porque aquí no iba a poder seguir aprendiendo como yo quería. Todo eran obstáculos y dificultades a la hora de vivir y empezar una vida laboral relacionada con mis estudios. Por una parte había un panorama demasiado negativo y a pesar de que yo soy muy positiva me daba bastante pereza hacer oídos sordos. Por otro lado, me encantan los idiomas y siempre me quedara la espinita de irme de Erasmus. Por lo tanto, consideré en ese momento que cualquiera de los trabajos que pudiera encontrar en Galicia no me iba a aportar en la menor brevedad todo eso que me faltaba por vivir y aprender. Y para acabar de lanzarme pensé que si mis padres en su momento emigraron con muchísimos menos posibles, ¿porqué yo no?

-¿Le costó mucho encontrar trabajo?

-Lo que me costó fue orientarme y conocer la ciudad. Di muchos rodeos. Encontré mi primer trabajo en un par de semanas.

-¿De qué trabaja actualmente?

-Soy cajera central en una tienda de ropa.

-¿Las condiciones laborales son peores o mejores que en España, en lo que se refiere a su puesto de trabajo?

-Yo creo que son muy similares, ya que se trata de una empresa de origen española.

-Con tanta gente de otros países que decide emigrar, ¿aun hay sitios para todos o cada vez es más difícil?

-Como dice el dicho "donde comen dos, comen tres". Pienso que con más demanda se puede hacer una mejor selección. Incluso, diría que Cambridge sin gente de tantos países no tendría el mismo encanto. Llevo un año y medio aquí y toda la gente que conozco que va llegando, todos encontraron trabajo. Siempre hay excepciones porque, evidentemente, hay que ir con espíritu de búsqueda y sin miedo puerta a puerta. Nada viene dado.

-¿Que es lo que más echa de menos de Galicia?

-Echo de menos esos cafés con los mejores amigos, momentos en familia, el pulpo, el pescado fresco, los huevos de casa, la verdura del campo? Las tapas en los bares y que todo sea tan barato. Conducir con la radio puesta y aun que suene raro, el hecho de saber que el mar ya no está tan cerca, hace que lo eche más de menos. A pesar de todo esto, tampoco es que me falte desesperadamente. Adaptarse a un nuevo entorno es parte del trato para ser feliz.

- ¿Tiene pensado volver?

-A no ser que pase algo muy grave, por ahora solo de vacaciones. Tengo muchas cosas que aprender fuera, mucha gente por conocer y muchos sitios por visitar.

- El idioma fue un inconveniente para poder empezar a trabajar, ¿O se adaptó rápido?

-No fue un inconveniente porque para optar a trabajos de hostelería la gente más disponible siempre vamos a ser los de fuera y ya cuentan que no vamos a hablar perfecto. Evidentemente hay que tener un mínimo. Aunque lo más importante es la actitud.

- ¿Conoció muchos gallegos por Cambridge?

-Los fui conociendo poco a poco, igual tardé tres meses en conocer al primero que ya es demasiado tiempo.

- ¿Qué es lo que más le llama la atención de Cambridge?

-Que es una ciudad muy "riquiña", da gusto hacer de guía porque suele gustar bastante. Aunque es más pequeña que Santiago de Compostela tiene de todo y siempre tiene mucha vida.