Comercio de proximidad para evitar la "huella del carbono" en el precio final de aquellos productos que se venden a cientos de kilómetros de donde han sido producidos. Y también, comercio de proximidad para revitalizar la economía local y apoyar al sector primario, del que se necesita tres veces al día para comer.

Eso es lo que busca el mercado sabatino de Lalín que se celebra, desde el año pasado, en el entorno de la Praza de Loriga. Los viandantes pueden encontrar entre los numerosos puestos productos de artesanía, pero también lechugas, leche fresca y demás productos de temporada cosechados con mimo en fincas del municipio. La apuesta de Lalín por el comercio de proximidad ha resultado todo un éxito, mientras que intentos similares desde Dozón y Agolada no consiguieron arrancar. En el primer concello se intentó poner en marcha primero un mercadillo dominical al pie da la N-525 y, hace escasos meses, otra feria, también dominical, en A Gouxa. El proyecto de Mercagolada siguió el mismo derrotero: tras unos meses con relativa afluencia de público y puestos, la organización decidió cancelarla para evitar que los vendedores terminasen por no acudir a las dos Mostras de Artesanía que se celebran en julio y agosto.