El sastre de los ejércitos de Xenerais da Ulla

Una paciencia infinita, una curiosidad que le llevó a realizar una ingente labor de documentación, su buen gusto a la hora de elegir los complementos, la aguja y, desde hace 20 años, el sedal incoloro con el que cosía los abalorios han sido sus mejores armas para convertirse en el sastre de los ejércitos de Xenerais da Ulla por antonomasia. A base de las innumerables puntadas que ha dado para confeccionar 115 trajes de generales y correos a lo largo de 40 años, el estradense Luis Montáns ha conseguido que su nombre brille en la historia del Entroido da Ulla con el mismo fulgor que solo él sabía dar de manera artesanal a golpe de canutillo y galón dorados, abalorios, lentejuelas y plumas de pavo real y avestruz a los uniformes del Carnaval tradicional de la zona.

Ya jubilado y de manera completamente desinteresada, Montáns desvela hoy los secretos atesorados durante sus cuatro décadas de experiencia a las 12 afortunadas que han logrado plaza en el curso de confección de uniformes de Xenerais organizado por el Concello de A Estrada que dejó a 14 aspirantes en lista de espera. Montáns. La buena acogida de esta iniciativa y el interés demostrado por sus alumnas son para Montáns una satisfacción, una muestra más de que el reconocimiento le ha llegado "en vida". También imparte talleres de manera altruista en Touro.

Agradecido y comprometido con el arte al que ha consagrado la mayor parte de su vida, mira al futuro con la esperanza de que esta tradición -cuyo origen data de la época napoleónica- perviva por siempre en la zona que baña el río Ulla. Pero también recuerda el pasado con nostalgia y con la satisfacción de haber vestido a generales de todos los ejércitos de Xenerais da Ulla. Sus hábiles manos han cosido uniformes de las parroquias estradenses de Arnois, Cora, Couso, Oca, Paradela, Santa Cristina de Vea y Santeles pero también de A Bandeira, Dornelas y Lamela en Silleda y de Merza, piloño y Salgueiros en Vila de Cruces, en la provincia pontevedresa. Ya en la orilla coruñesa del Ulla, también dio forma a los trajes y visotosos sombreros de Bama y Fao en Touro; de Lestedo y Sergude en Boqueixón; de Angrois, Aríns, Marrozos y Santa Lucía do Eixo en Santiago de Compostela; de Trobe y San Xulián de Sales en Vedra; así como de Cacheiras, Lucí, Luou, Oza, Raís, Recesende, Reis, Teo, Vaamonde y Vilariño en Teo. Son los 8 municipios que atesoran la tradición del Entroido da Ulla y que impulsan conjuntamente su promoción. Pero Montáns también ha cosido uniformes para la parroquia de Carcacía, en el vecino municipio de Padrón.

Son los galones que jalonan una carrera que comenzó de manera casual.Aunque como buen vecino de Santeles siempre había vivido muy de cerca el Carnaval tradicional -participando ya de niño en los coros y comparsas que acompañaban a los Xenerais, e incluso de "novio" si bien curiosamente nunca formando parte del regimiento- Luis Montáns no podía imaginarse en su juventud por qué derroteros le llevaría su profesión. Aprendiz de sastre desde los 12 años y sastre profesional desde los 20 años, la ligazón de Montáns al Entroido tradicional comenzó con el encargo que sus paisanos de Santeles le hicieron en 1968 para esquivar el pago de los abultados honorarios que les exigían las monjas que confeccionaban los uniformes hasta entonces.

La vistosidad de los uniformes frente a los sobrios trajes de caballero que Montáns realizaba en su negocio cautivaron al sastre, que ya nunca dejaría de coser trajes de generales y correos. A su buen hacer se irían rindiendo los ejércitos de territorios vecinos y, poco a poco, Montáns se iría especializando. Los numerosos viajes a Santiago, Pontevedra y Vigo que tuvo que realizar en sus inicios para encontrar fleco de canutillo de oro, borlas en distintos tamaños y otros adornos característicos de los generales darían paso a su adquisición directa a Madrid y Barcelona. En julio de 1999, obtendría la Carta de Artesán número 1.451 como sastre y, desde entonces, su nombre quedaría vinculado al Centro de Artesanía e Deseño de Galicia, oficializando su contribución a la pervivencia del Entroido tradicional de la zona del Ulla. Convertido en todo un referente para los Xenerais, seguiría cosiendo hasta el momento de su jubilación en junio de 2012.