El Concello de Vila de Cruces es el heredero universal de todos los bienes de Vidal Fuentes Peláez, un vallisoletano que falleció el pasado 23 de noviembre a los 92 años en la residencia municipal de la localidad, su hogar desde 2005. El nonagenario pide en su testamento -de 24 de abril de 2007- que el valor de sus propiedades se invierta íntegramente en el geriátrico, y así lo hará el gobierno local. A su nombre están cinco solares con inmuebles y parcela en zona urbana de Valladolid, además de varias cuentas bancarias con un montante que, por el momento, el alcalde, Jesús Otero, prefiere no desvelar, si bien reconoce que "para los tiempos en los que estamos, son importantes cantidades".

El Concello está elaborando un inventario completo de todos los bienes y contactará con los familiares de la segunda mujer del finado, de Deza, puesto que algunas propiedades, como un bajo en Lalín, también figuran a su nombre. "La intención es, una vez clarificado todo esto, sacar todo a subasta y lo que se recaude se invertirá en la residencia", explicó ayer el regidor. Las mejoras más inmediatas serán la construcción de una placa en una de las alas del edificio para extraer las escaleras de emergencia y dotarlo de una mayor accesibilidad. También habilitar una biblioteca que llevará el nombre del donante y corregir los problemas de humedades del edificio.

Es la primera vez que el Concello cruceño recibe una herencia de un particular. "Yo conocía personalmente a Vidal; dejó esto al Concello sin pedir nunca nada a cambio y eso es digno de agradecer", apuntó Otero. El anciano quería que su herencia se revirtiera en el geriátrico -que tiene 48 de sus 49 plazas ocupadas- por su labor de "contribución al bienestar de los mayores", señaló.

La directora del centro, Rocío Carbón, destacó el "carácter afable y tranquilo" de Fuentes, que trabajó como peón de la construcción y que siempre huyó de protagonismos. Sin hijos, fue enterrado en Valladolid, junto a su primera esposa.