-¿Es para usted la ciencia algo aplicable en el día a día?

-Para los que trabajamos en el sector primario, la ciencia tiene que ser siempre aplicable. Siempre digo que yo vivo del ganado. Está muy bien publicar en revistas con algo índice de impacto pero esas publicaciones en inglés no las van a leer un ganadero. Esto es algo que también está cambiando en Europa. Ahora, sobre todo en Escandinavia, se está viendo que la investigación tiene que ser lo más aplicable posible y con trasparencia en el trabajo.

-¿Se siente maltratada por las administraciones y sus recientes políticas de recortes?

-Los investigadores estamos sobreviviendo. Yo ahora estoy viviendo de Europa y de productos europeos. Donde trabajo ahora es el mejor lugar de España posible para la tarea que tengo encomendada. Estoy en un centro público, depende el 30% de la Generalitat y el 70% restante es autofinanciado. El formato de trabajo es un formato europeo con una gran flexibilidad porque lo que importa es que rindas. Hasta abril no vuelvo a mi oficina y mi jefe está muy tranquilo.

-Un colega suyo decía esta semana que no entendía por qué se recorta en ciencia cuando se trata de poco dinero, ¿está de acuerdo con él?

-Es cierto. El otro día vi unas gráficas en las que los países que más invierten en investigación son los del norte de Europa y nosotros estamos a la par con Portugal y Grecia, en la zona baja. Siempre ha habido recortes. Nosotros estuvimos durante mucho tiempo retrasados con respecto a Europa, después tuvimos la capacidad de invertir en estructuras y ahora seguíamos atrasados pero apuntábamos bastante. Los recortes que han hecho ahora tienen un efecto brutal en el tiempo. Yo tengo amigas que han dejado la investigación o, como yo, se han tenido que marchar fuera.